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¿Que tal el Fic?
 
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» [ORIGINAL] Whatever Corporation [Capitulo 4]
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danaha Mensaje Mar Ene 10, 2012 2:18 am
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Título del mensaje: [ORIGINAL] Whatever Corporation [Capitulo 4]
Whatever Corp.

Y sí, este soy yo de nuevo, renaciendo en Jesulink luego de un largo periodo de inactividad (esto a nadie le interesa, ni siquiera a los que me conocen así que mejor voy al grano)

Vengo con un nuevo Fic. Los que ya me han leído saben como me va con esto de los Fics, y me han entrado ganas de retomarlo. Este viene a ser mi cuarto Fic publicado en este foro (Falso paraíso, D-Generation y Shugo MarKaiser fueron los anteriores, Falso paraíso, por suerte aun no ha sido borrado y se encuentra en la segunda página de este subforo, por si os interesa leerlo)
Espero que disfrutéis de leerlo, y si no, hacedme saber que es una mierda así dejo de escribir xD.

Sin más, aquí el contenido:
Nombre del Fic: Whatever Corp.

Género: Drama, Acción.

Sinopsis:
Cierto día, Timothy, un chico serio y silencioso de 8 años se disponía a salir del colegio y agarrar rumbo para su hogar tras un arduo día de estudio. Mientras cruzaba por el patio de juegos notó que un chico de su clase llamado Joseph era golpeado por otro compañero suyo, el bravucón de la clase, Bruce; Timothy, sin saberlo, a sus 8 años habrá tomado justo en ese momento una decisión que alteraría su vida y su destino por completo.

Personajes:
Información sin actualizar


Prólogo
Era curioso ver un par de chiquillos tan entrañables en aquel callejón de mala prosapia, al cual solía acudir la policía en busca de diversos tipos de delincuentes, ya fuesen jóvenes vándalos o incluso jefes de la mafia.
- Entonces, queréis que nos deshagamos del bravucón de vuestra clase, ¿ah?... - dijo un hombre joven, de unos 24 años que hablaba con el par de pequeños junto a su colega.
- Si señor… - respondió uno de los pequeños muy decidido
- Y… ¿Por qué deseáis esto?... - preguntó el otro hombre, que se veía un poco menor que el primero
- Siempre nos molesta, nos quita el dinero del almuerzo y a mi amigo le ha quitado la novia… ¡necesitamos deshacernos de él!... - exclamó el muchacho
- Lo siento, pero no podemos aceptar este trabajo… es cosa de niños… - les rechazó, tras meditarlo un poco.
- Pero, su tarjeta de presentación dice que hacen lo que sea… ¡lo que sea! - reprochó el niño que hasta el momento no había pronunciado palabra. Tras un intercambio de miradas, el hombre que había tomado la palabra en primer lugar aclaró.
- Lo siento muchacho, pero tendrás que librarte de esta por tu cuenta…

Luego de que los niños se marcharan, los dos hombres se quedaron pensativos.
- ¿Te ha traído recuerdos, Joe? - preguntó el hombre aparentemente menor
- Como si fuese ayer, Tim… - respondió su colega.


Capitulo 1 - Causa y efecto
Bueno, comenzar un “flashback” con una frase trillada de tipo “lo recuerdo como si fuese ayer…” simplemente no es mi estilo, así que os lo contare sin mucha introducción ni formalidad.
Mi nombre es Timothy Anderson y vivo en los estados unidos. La cosa comenzó cuando tenía tan solo 8 años, me iba muy bien en el colegio y mis padres y docentes solían pensar que yo era una especie de súper dotado o un cerebrillo con futuro prospero y resplandeciente, pero a la final ninguno de ellos me conocía, ni se enteraba de lo que en verdad me gustaba. Había otro chico en mi clase, su nombre era Joseph Allen, y era algo así como mi enemigo y mi competencia en cuanto a lo académico, pues sí, era un “nerd”, y Joseph y yo nos manteníamos en una constante lucha por ver quién era el cerebrito de la clase y sacaba mejores notas; Sin embargo, Joseph y yo casi no hablábamos… vale, ¿a quien quiero engañar?; Era yo el que no hablaba con nadie, no tenía ningún amigo y nadie se interesaba por entablar una conversación conmigo, creo que me veían como un bicho raro, un ratón de biblioteca. En cambio, Joseph era muy popular, su pelo rubio y sus “profundos ojos cafés” (como decían todas las chicas) hacían que cada niña con la que se topaba cayese rendida a sus pies. En cuanto a este aspecto, yo siempre salía derrotado frente a Joseph, y por eso sentía que tampoco podía dejarme vencer en cuanto a lo académico, o pasaría a ser totalmente invisible.
Fue entonces, cuando saliendo un día del colegio, sin nadie más alrededor pues ya era tarde, vi en una esquina del solitario, sucio y asfáltico patio de juegos a Joseph, siendo brutalmente golpeado por Bruce, el bravucón de turno en nuestra clase y en todo el colegio. Rápidamente me oculté tras una de las vigas del pasillo exterior del colegio, desde donde podía presenciar toda la acción sin ser visto, pues si me veían me arriesgaba a recibir también una paliza.
Después de que Bruce dio caña a Joseph hasta quedar satisfecho, se alejó gritando amenazante “Y si vuelves a meterte con Maggie, ya la llevas cabrón…”. Y una vez se fue, ya en total seguridad me acerqué a Joseph para socorrerle.
- ¡Joseph!... ¿Te encuentras bien? - pregunté capciosamente, puesto que era obvio que se sentía como el culo… acababa de ver la golpiza que le habían dado y solo lo decía para hacer la típica aparición cliché de película.
- ¿Timothy?... jodido cabrón, ¿Por qué no has salido cuando me estaba golpeando? - me reprochó limpiándose la sangre de sus labios, aún tumbado en el suelo
- ¿Para que me dieran como a perro a mí también?, ¡ni loco! - le respondí, y Joseph pareció entender - ¿Quieres que te lleve a la enfermería?
- ¿Cómo crees?... me preguntarán quien me golpeó y si Bruce descubre que le he acusado me mataría… - me dijo, levantándose con mi ayuda
- Tío, te han vuelto papilla… - dije asombrado al ver toda la sangre que salía de su nariz y boca, y su ojo izquierdo totalmente morado e hinchado - ¿Por qué te ha dado tan fuerte?... - indagué
- Ha sido por Maggie… - respondió Joe a secas
- ¿Maggie?... ¿No es la novia de Bruce?... Tío, ¡no me digas que te has enrollado con ella!... ¡todos saben que Maggie es intocable! - exclamé
- ¿Y cómo quieren que sepa si apenas llevo un mes en este maldito insti?, ¿Ah?... - se excusó - además, es muy linda, y creo que me he enamorado de ella, y ella de mí… - añadió
- Pues enamorado de esa chica sí que la llevas de muerte tío… - le dije.
- Pero bueno… ¿me ayudarás con el asunto? - preguntó entonces Joe, de repente.
- ¿Qué? ¿Cuándo he dicho yo que iba a ayudarte?, no pienso involucrarme en cualquier cosa que tenga que ver con el matón de Bruce. No sé si me has visto, pero no me veo como alguien precisamente “fuerte”… - me negué
- ¡Pero tío!, ¡si te has quedado viendo como me golpeaban!, eso te hace casi un cómplice… Para mí que la ayuda me la debes… - insistió el chico rubio, era bastante hábil para las palabras y para pensar con rapidez
- Aún si te ayudo, ¡nos derrotara!... es mejor que lo dejes así y no te acerques mas a esa chica… - intenté escaquearme una vez mas
- ¿Y yo cuando he dicho que peleemos contra él?
Tras un intercambio de miradas, tomé la palabra nuevamente
- ¿Qué es lo que planeas?... - le pregunté
- Planeo vengarme… - me dijo haciéndose el misterioso
- Anda, pero ¿cómo?, y ¿para que necesitas mi ayuda?
- Eso es lo que necesito, que me ayudes a pensar en un plan para vengarme de él que no requiera hacerle frente… ya sabes, el ingenio derrota siempre a la fuerza bruta, y tú y yo somos los más inteligentes de la clase… - y fue así como me convenció.
Tardamos una semana, reuniéndonos día tras día para planear una manera de darle una lección al bravucón de la clase, y si era posible, hacer que le expulsaran del colegio para no tener que lidiar con él nunca más. Sin darnos cuenta, nos hicimos buenos amigos, o bueno, el se convirtió en mi único y mejor amigo, y yó en el suyo, pues aunque Joe fuese popular no sentía con nadie la empatía que conmigo se le hacía tan natural.
Tras una semana sin ideas buenas, decidí quedarme a dormir en su casa un día, y fue entonces cuando empezamos a revelar nuestros secretos.
Él me contó con detalles el porqué de la golpiza; Resulta que para hacerle pasar un mal rato a Bruce, había llamado a la madre de este, haciéndose pasar por la directora de nuestro colegio usando su sorprendente (casi sobrenatural) don para imitar la voz de las personas, y esta se había creído todo lo que Joe le había dicho y le había metido un castigo a Bruce de un mes. No obstante, Bruce logró enterarse de que la directora nunca había llamado a su casa, y revisando en el registro de llamadas de su teléfono descubrió que el que le había jugado tal bromita había sido nada más y nada menos que el mismo que intentaba quitarle a su novia, Joe, y entonces se decidió a darle la paliza del siglo.
Tras oír su historia sentí que también debía compartirle algún profundo secreto, puesto que Joe estaba siendo sincero conmigo, y como buen amigo, debía responderle con una buena historia. Fue así como Joseph se enteró de que yo, Timothy, el cerebrillo callado de la clase, era el mismo “bromista de oro”, el personaje totalmente anónimo del colegio que hacía bromas magistrales a maestros y estudiantes; Desde muy pequeño siempre me había gustado el jugar bromas a la gente a mi alrededor sin que me descubriesen, y al no tener amigos, me metía en ese mundo y era tan bueno en ello, que hacía bromas perfectas. Además, mi padre siendo un ingeniero mecánico me enseñaba mucho acerca del funcionamiento de diversos instrumentos tales como piñones, palancas, poleas y circuitos, y yo, siendo un niño bromista con tal conocimiento sobre la mecánica, llegué a hacer bromas muy elaboradas, que parecían hechas por un chico de preparatoria, o incluso mayor, así nadie sospechaba de mí.
Joe juró mantener mi identidad de “bromista de oro” como un secreto, pero fue entonces cuando le vino una genial idea a su mente: La de usar mi habilidad de “bromista de oro” para hacer una broma pesada al profesor e inculpar a Bruce, haciendo que le echasen de una vez por todas del colegio.
Fue entonces cuando empezamos a trabajar como un equipo, mientras yo diseñaba planos el alistaba y conseguía los instrumentos para efectuarla. Tras tener todo listo, asistimos una noche al colegio y nos infiltramos en la clase sin que nadie nos notara. Luego de dejar todo listo para el día siguiente efectuar la broma, nos marchamos a nuestras casas y dormimos como bebes.
La broma era sencilla: El profesor Arata llegaría por la mañana al salón, como suele hacer y dejaría sus libros sobre la mesa para luego ir por un café a la sala de profes y luego volver dispuesto a hacer clase. Joe estaría escondido en el armario de utensilios del salón, y cuando el profesor dejase sus libros, el saldría y los pondría en el carro de juguete manejado por control oculto bajo el mismo pupitre del docente, y entonces dejaría un control falso sobre el pupitre de Bruce, para que este al llegar y verlo se lo guardara en su maleta (A esa hora ningún alumno llegaba por lo tanto el salón debía estar solo). Luego se iría del salón al casillero de Bruce y le embarraría aceite en la manija y todo el interior de este, así cuando el bravucón abriera su casillero se mancharía de aceite de motor, y siendo tan burdo como solía ser, se limpiaría con su camisa. Tras esto Joe se iría a su casillero y actuaría como si nada hubiese pasado.
Ese día se suponía que yo no estaba en el colegio pues estaba enfermo y no había ido, pero era una mentira, Joseph había fingido la voz de mi madre por teléfono, haciendo uso de su increíble habilidad para hacerle creer esto a la directora, y a mis padres yo les había hecho creer que iba al colegio como si fuese un día normal. Mi labor era la de, apenas todos entraran a clases, poner un balde repleto de aceite de motor en el pasillo exterior de entrada del colegio, que unido a unas poleas e hilos se vaciaría sobre el primero que pasara y halara del hilo puesto en el suelo de pared a pared (artefacto que habíamos instalado la noche anterior, pero que aun no contaba ni con el hilo ni con el balde de aceite). Pasados cinco minutos después de que el timbre sonara y todos entraran a clases, me escondería en uno de los pocos arboles del patio cerca de la entrada del colegio, desde donde podía ver todo el pasillo del primer piso, y así, con el control original del carro de juguete podría manejar sin problema y traería los libros del profesor hasta la entrada, donde al perseguirlos, el profesor se bañaría por completo en aceite de motor tras activar el mecanismo recién instalado. Todos los estudiantes de nuestra clase seguirían al profesor para reírse de él, entre ellos estaría bruce, y con el alboroto saldrían todos junto con la directora y verían el aceite en la camisa de bruce, luego chequearían su casillero, y revisarían su maleta, encontrando todas las pruebas necesarias para inculparlo y echarlo del colegio (pues ya se encontraba advertido por sus anteriores problemas).
Llegó entonces la hora de efectuar la broma. Debíamos ser rápidos si queríamos que saliese bien, y la suerte estuvo de nuestro lado.
Tal como especulábamos, el profesor Arata siguió la rutina de siempre y Joe pudo concretar su parte. Tras que el timbre sonara instalé en tres minutos el balde conectado al hilo con ayuda de la escalera que el conserje siempre deja junto al cuarto de aseo y me oculté en el árbol. Cuando recibí la señal de Joe (que me timbraría al celular si el profesor estuviese a punto de revisar debajo del pupitre) prendí el control del carro y lo saqué del salón con rapidez. Tal como lo habíamos previsto, Bruce se había limpiado el aceite de motor con su camisa y había guardado el control en su maleta, pero nunca nos imaginamos que el profesor pudiese reaccionar diferente ante la broma.
Cuando el profesor salió del salón, conduje el carro hasta el pasillo exterior y este, como habíamos planeado, le persiguió y cayó en la trampa del aceite, quedando embarrado de pies a cabeza con la viscosa sustancia. No obstante yo seguí conduciendo hasta bajar el carro por las escaleras hasta el patio, y para nuestra sorpresa, el profesor no se detuvo, sino que siguió persiguiendo el carro hasta las escaleras de la entrada del colegio, y tras pisar el quinto y penúltimo escalón de estas, se fue de espaldas gracias a las resbalosas gotas de aceite que caían de todo su cuerpo y se golpeó en la nuca con la primer escala de la corta pero peligrosa escalera, muriendo al instante. Habíamos cometido el error más grande de nuestras vidas.
La policía llegó y junto con la directora culparon a Bruce por todo, las pruebas estaban contra él. Sin pensárselo dos veces los policías dijeron “nos lo llevamos, lo más posible es que vaya a la correccional de menores por asesinato…” mientras Joe y yo lo veíamos desde un rincón del patio, alejados del alboroto.
Nunca olvidaré como nos miró Bruce, cuando entrando a la patrulla giró su cabeza y vio el control remoto del carro de juguete aún en mis manos. Su mirada era profunda y atemorizante, podía oírla decir “Me vengare de vosotros…”


Capitulo 2 - La propuesta
Joseph y yo nos juramos mantener el secreto y nunca decir a nadie que era nuestra culpa el hecho de que el profesor Arata hubiese muerto; De hacerlo iríamos a la cárcel, y aunque fuese injusto que Bruce pagara por nuestro crimen pensamos que se lo tenía merecido por abusar de nosotros, además, ninguno de nosotros estaría dispuesto a sacrificar su libertad por el matón del colegio.
Los años pasaron rápidamente, el año siguiente ya estábamos juntos (Joe y yo) en cuarto de primaria, y Joe había conseguido hacerse novio de Maggie ahora que Bruce no estaba para impedírselo.
Ya no éramos solo dos, ahora Maggie nos acompañaba a todos lados, cosa que a mí no me molestaba, ya que era una gran amiga pues era muy divertida y no tan femenina, cosa que le hubiese impedido hacer muchas cosas “de hombres” con nosotros, como jugar videojuegos y beisbol en el patio. De hecho, Maggie tenía cierta peculiaridad: era excelente en los deportes, en todos y cada uno de los deportes. Pareciera que tuviese un cuerpo sobrenatural, pues aparte de su increíble fuerza era tremendamente rápida, elástica y sobre todo tenía una puntería excelente, yo diría que sobrehumana.
Maggie (cuyo nombre completo era Margaret Taylor, pero todos le decían Maggie de cariño) se convirtió fácilmente en el segundo miembro en mi círculo de amigos cercanos, y su relación con Joe no hizo más que mejorar con el paso del tiempo, tanto así que en preparatoria ya parecían una feliz pareja casada.
Fue entonces, cuando al salir de preparatoria decidimos estudiar en la misma universidad, en Harvard. El entrar en esta gran universidad no supuso problema alguno para ninguno de nosotros: Todos gozábamos de una familia con una buena situación económica y además la universidad nos ofrecía ciertas ayudas financieras. Joe y yo pasamos todos los exámenes de admisión necesarios puesto que siempre habíamos sido unos cerebritos, y obtuvimos muy buenos resultados. A Maggie no le fue difícil entrar también puesto que siendo tan buena deportista, todas las agencias y universidades tenían el ojo puesto en ella y le ofrecían todo tipo de becas y ofertas de estudio con tal de contar con una posible futura campeona olímpica, y aunque Harvard no contaba con becas escolares, ella optó por esta universidad con el apoyo económico de sus padres y las ayudas financieras que esta le ofrecía sólo para compartir sus años de universidad junto con Joseph.
Nos mudamos entonces a Massachusetts y como tres compañeros universitarios empezamos a vivir en un piso que pagábamos entre todos; Estos años universitarios fueron maravillosos, ya que nos divertimos bastante sin descuidar nuestros estudios, y cada uno perfeccionó su don. Maggie optó por unirse a los equipos de atletismo, canotaje y gimnasia de la universidad, y estudió artes plásticas en la facultad de arte y ciencia junto con Joseph, el cual perfeccionó su habilidad de imitación de voz fusionándola con sus nuevos conocimientos sobre escultura, tejido y otras técnicas artísticas, y se volvió un perfecto imitador que además de interpretar diversas voces a la perfección era capaz de hacer disfraces, máscaras y atuendos de todo tipo, convirtiéndose en un maestro del disfraz, de la suplantación de identidad; Yo, por mi parte estudié física mecánica, en la misma facultad de artes y ciencias, lo cual permitió que todos nos mantuviésemos muy unidos, y me hizo incrementar mis conocimientos en cuanto a mecanismos, al punto de que fui capaz de crear mis propios e innovadores artefactos con piezas muy simples.
La vida era perfecta en ese entonces, nos habíamos olvidado de todos los problemas que teníamos, pero esto no era precisamente bueno.
En 6 años ya teníamos 23, habíamos terminado nuestras carreras y estábamos listos para ir en busca de trabajo, pero un día al llegar al piso que compartíamos Maggie, Joe y yo, nos encontramos con un aviso que nos pondría fríos a todos.
En la pared de la sala principal estaba escrito con pintura roja “Aún tenemos asuntos pendientes, Joseph y Timothy” junto a un grafiti que parecía el escudo o logo de alguna organización; era una bala común de revolver con ojos y dientes afilados rodeada por fuego.
Luego de que la policía llegase e hiciese algunas pruebas, un oficial se acercó a nosotros para charlar acerca del incidente. Nos comentó que el grafiti era un símbolo perteneciente al grupo vandálico “The Hungry Bullets” (Las balas hambrientas) el cual era liderado por el insurgente criminal de 25 años Bruce Wilson, el cual hacía tan solo 6 años había salido del reformatorio en el cual fue internado cuando tenía 10. Tras oír el nombre del matón que nos torturaba de pequeños Joe y yo supimos de inmediato de que se trataba y a que “asuntos pendientes” se refería el mensaje de la pared, sin embargo, Maggie no sabía cuál era la razón de la amenaza, pero no fue necesario mentirle ya que justo cuando el oficial pregunto si había alguna razón por la cual Bruce podría amenazarnos, Maggie se levantó diciendo que era por su culpa, puesto que de pequeña había sido su novia y ahora estaba con Joseph. Al principio el oficial no creyó que esta fuese una razón de peso para que Bruce quisiera vengarse, pero luego de que Maggie explicase que Bruce había estado enviando cartas a su casa por todos estos años y estaba obsesionado con ella, el oficial terminó creyéndoselo.
La policía nos ofreció protección por un tiempo, puesto que ahora Bruce y su pandilla de delincuentes sabían donde vivíamos, pero estos “guardaespaldas” no duraron mucho, ya que dos semanas después habían sido asesinados en sus hogares por los Hungry Bullets.
Así sucedió con tres parejas de guardaespaldas más, hasta que la negligente policía se rindió y decidió dejar de mandarnos protección; pensaron que dejando que nos mataran el problema se acabaría. Fue entonces, cuando aún teniendo todo un futuro por delante, muchas ofertas de trabajo y oportunidades de ser grandes, Joe y yo tuvimos que tomar la decisión de mudarnos lejos de Massachusetts a escondidas, sin informar siquiera a nuestras familias o amigos de ello, ya que de esa manera los Hungry Bullets podrían enterarse de la mudanza.
Maggie, aún sin tener la culpa de nada decidió dejar todos sus equipos deportivos y huyó con nosotros; No quería separarse nunca de su novio Joseph, y no podía soportar la idea de verlo marcharse siendo perseguido por una pandilla de delincuentes dispuesta a asesinarlo. Así, nuestra vida como fugitivos de los Hungry Bullets comenzó.
Viajamos a Texas, California, Florida, Washington, Miami, y muchos otros estados, pero siempre, luego de uno o dos meses de tranquilidad, los Hungry Bullets terminaban encontrándonos, parecía que tuviesen miembros de la pandilla dispersos por todo el país, un pequeño grupo en cada estado, y siempre lograban descubrir donde vivíamos; Por suerte, siempre lográbamos escapar con vida de cada lugar ya que por alguna extraña razón siempre nos mandaban un mensaje antes de atacar, y eso nos daba tiempo para escapar. Llegamos a pensar incluso que estos mensajes eran mandados a propósito, y que Bruce quería hacernos llegar a la desesperación, algo así como torturarnos hasta saciarse y luego matarnos, para así cumplir su venganza (cualquier otro bandido mataría sin dar previo aviso).
Al fin y al cabo, resultamos pobres al no poder costear tantos viajes, y nos refugiamos en nuestro último destino: New York, en una pequeña pieza con tres colchonetas (ni siquiera eran camas) que compartíamos los tres. Estábamos desesperados, Bruce estaba cumpliendo con su cometido.
Cierto día, regresando del mini mercado junto con Joe tras comprar Ramen instantáneo para la cena, presenciamos como una chica era atracada en la calle y el ladrón escapaba, la mujer nos vio y pidió que le ayudáramos a recuperar su bolso; Era tan linda que no me lo pensé dos veces para salir corriendo detrás del criminal, y Joe no tuvo otra elección más que seguirme. Terminamos siguiendo al delincuente hasta un callejón lleno de chatarra, donde al entrar unos tipos grandes nos cerraron el paso de salida, y de entre los cubos de basura salieron varios hombres armados con varas de metal y palos.
- Bien hecho, nos has traído a la boca del lobo - me dijo Joe, cuando de repente por el callejón entraba la chica a la cual le habían robado el bolso
- ¡Era todo una trampa! - exclamé al notar que habíamos caído redonditos
- Vaya, un chico listo - dijo la joven muchacha en burla, mientras todos sus amigos delincuentes se reían - a darles muchachos, quítenles todo lo que tengan… - dijo de repente, y todos empezaron a acercarse.
No obstante, Joe y yo ya habíamos previsto situaciones como esta, puesto que debíamos estar preparados para cuando los Hungry Bullets nos acorralaran, y yo me había encargado de diseñar una navaja multiusos la cual siempre llevaba conmigo y sabía que en algún momento me serviría de algo.
Tan pronto como los hombres empezaron a acercarse, empecé a hacer uso de mi don e ideé con los objetos que había en aquel callejón, un plan para salir con vida.
Joe se puso sus gafas de sol y yo cerré mis ojos; todos se extrañaron al ver esto, y fue entonces cuando saqué mi navaja multiusos y utilice uno de sus accesorios, la “linterna”, para crear un pequeño destello y cegar a los bandidos por un momento. Tan pronto lo hice, abrí mis ojos y le susurré a Joe el plan; Joe capturó a la chica linda y le tapó la boca, entonces dijo, imitando su voz de mujer.
- ¡Atrápenlos!, ¡se escapan por la entrada del callejón!
Y los bandidos, siguiendo lo que creían era la voz de su líder se tambalearon hacia la entrada aún si poder ver claramente.
Yo agarré una soga que había visto entre la chatarra en una esquina del callejón, y cuando los bandidos estaban reunidos en la entrada empecé a enrollar la soga alrededor del grupo haciendo que todos, aturdidos por la luz cegadora de mi navaja cayeran al suelo y se enredaran entre sí.
Justo en ese momento, la chica bonita mordió la mano de Joe y salió a correr, pero no nos preocupamos por ello, y cogimos con rapidez una gran tela que había entre la basura y la pusimos sobre todos los bandidos, dejándolos aún mas confundidos e inmovilizándolos. Tras esto, salimos del callejón y alertamos al primer oficial que pasaba de que dentro del callejón había unos bandidos que habían intentado robarnos; El poli llamó camaradas y los atraparon a todos. Luego del ajetreo, el oficial se acercó a nosotros y nos felicitó por haberles atrapado, también nos informó que se trataba de un grupo de ladrones famoso, al cual no habían podido atrapar nunca, y que era liderado por la famosa criminal estafadora de nacionalidad francesa Juliette Aucoin.
Tras pasar una noche en la comisaria dando testimonio del intento de atraco, Joseph y Yo fuimos a nuestro apartamento, donde Maggie debía estar furiosa esperando por nosotros sin saber lo que nos había sucedido. Sin embargo, en el camino, ya siendo las 3 de la mañana, se mostró ante nosotros la ladrona que había logrado escapar de nosotros, Juliette Aucoin.
- ¡Es ella! - dijo Joe
- No habrás venido a intentar robarnos de nuevo, ¿Verdad? - pregunté
- No, de hecho, vengo a haceros una oferta… - respondió inquietándonos un poco
- ¿Oferta?, ¿Qué te hace pensar que siquiera consideraríamos una oferta tuya? - le dije, intentando rechazarla de inmediato.
- ¡Sueltalo! - exclamó Joe imponente, sorprendiéndome incluso a mí
- ¿Estas pensando hacer alguna especie de acuerdo con una bandida? - le pregunté desconcertado
- Al menos escuchémosla, no sabemos que nos puede ofrecer… - Yo me quedé en silencio, y miré a la ladrona fijamente
- Tranquilos, seguro les interesa… - dijo acercándose un poco y hablando mas fluidamente, como si estuviese entrando en confianza - Sucede que estoy cansada de trabajar con gorilas sin cerebro; ¡Nunca puedo demostrar todo mi potencial!, y trabajando con este tipo de gente nunca se llegara a planear proyectos realmente grandes… - Continuó - Ví lo que hicisteis en el callejón, o bueno, lo oí, y quedé bastante sorprendida; Se nota que sois unos cerebritos de universidad.
- ¿Y a que va todo esto? - indagué amenazante
- Calma niño, deja charlar a los adultos - respondió la ladrona, haciéndome a un lado
- ¿¡Cómo te atreves!?... - exclamé acercándome a la bandida, pero Joe me detuvo
- Deja que termine… - me dijo, calmándome, y entonces la ladrona me miro en sentido de burla.
- Ahora, en lo que estábamos; Tengo un don, soy una perfecta actriz y puedo engañar y mentir a la perfección… - prosiguió
- ¿Ah sí?, ¿cómo puedes demostrarlo? - le interrumpí intentando arruinar su treta
- ¿Acaso no te engañé actuando como una linda joven que era robada por un hombre malo antes? - respondió dejándome en silencio.
- Muy bien, continua… - dijo Joe
- Y por lo que pude ver, tu eres perfecto imitando voces aún cuando solo la has escuchado una sola vez - señaló a Joe - y tu, eres bueno haciendo planes y esas cosas nerds que hiciste en el callejón - dijo señalándome - Bien, ¿pues no seriamos la hostia si nos uniésemos e hiciésemos un grupo de mercenarios?, es más, ¡podríamos hacer cualquier cosa que nos pidiesen!, ¡y cobraríamos montones por cada trabajo dependiendo de su grado de dificultad! - concluyó
- Así que básicamente nos pides que nos unamos a ti para infringir la ley… ¡sorprendente! - exclamé sarcásticamente, mirando a Joseph
- Pues la verdad no es mala idea… - dijo Joe
- ¿Lo dices en serio? - comenté confundido
- ¡Piénsalo Tim!, ¡necesitamos el dinero para costear nuestros viajes!... los Hungry Bullets no demorarán en encontrarnos y no tenemos un solo peso… - se explicó Joe
- Bueno, tienes razón, ¡pero tarde o temprano llegaría algún trabajo que requiera que quebrantemos la ley! - argumenté
- ¡Vamos!, como si no hubiésemos quebrantado la ley antes… - dijo Joe; por su mirada sabía que se refería a cuando asesinamos al profesor Arata. - ¡piénsalo!, es un trabajo en el cual no debemos comprometer nuestros datos, ¡podemos desplazarnos sin problema e incluso mantener anónima nuestra identidad para protegernos de Bruce y su pandilla! - insistió.
- No lo se… Joe, esto es diferente, por lo menos dame un tiempo para pensarlo…
- No tenéis que darme una respuesta en este momento - Intervino la bandida Juliette - pero si vais a pensarlo, lo que si tenéis que hacer es dejarme quedar en vuestro hogar… habéis hecho que el amigo con el que me quedaba fuese arrestado, es vuestra responsabilidad - agregó.
Antes de que me diese cuenta, ya me encontraba caminando hacia el apartamento junto a Joe y la famosa ladrona Juliette Aucoin, y considerando seriamente la propuesta de la misma.
No obstante, el destino tenía nuestros caminos ya decididos, y cuando llegamos a casa nos encontramos únicamente con una nota con la imagen insignia de los Hungry Bullets, la cual decía “Hemos capturado a Maggie, si queréis verla de nuevo venid a los barrios marginales del sur, calle 11, junto al supermercado abandonado”.


Capitulo 3 - Whatever Corporation
Los barrios marginados del sur eran casi desérticos, y más aún si era de noche; Solo se veía de vez en cuando uno que otro limosnero durmiendo entre cajas de cartón y por lo tanto era el escenario perfecto para llevar a cabo un crimen de cualquier tipo.
Los Hungry Bullets habían hecho de esta calle 11 su guarida, ya que ningún carro de policía y mucho menos uno civil iba hasta esos lares lo cual les permitía operar sin problema alguno. Joseph, Juliette y yo habíamos acudido a la cita (Juliette no tuvo otra opción más que acompañarnos) sin ningún tipo de arma (que igualmente no teníamos) llevando únicamente lo que se encontraba usualmente en nuestros bolsillos; Un taxi nos había acercado al lugar pero se había rehusado a ir más lejos, por lo que la mitad del camino tuvimos que recorrerlo caminando y terminamos llegando a las 4 A.M.
A una cuadra de la calle 11 ya podíamos oír las voces de los vándalos, se oía como un grupo de no más de 5 personas. Joseph estaba cegado por la ira y quería a Maggie de vuelta, por lo cual no pensaba lo que hacía y tenía planeado aparecerse frente a los Hungry Bullets así nada más, y lo habría hecho si Juliette y yo no lo hubiésemos detenido.
- ¿Qué es lo que estas pensando?... ¿Sabes siquiera lo que pueden hacerte?, ¿Qué si están armados? - le reprendí
- Solo quiero a Maggie de vuelta… - Dijo Joe bastante alterado, la amaba más que a nada en el mundo.
- Y la tendrás, solo debemos pensar muy bien en cómo actuar… - intenté convencerle
- ¿Cómo actuar?, ¿acaso que podemos hacer?, tienen a Maggie y nosotros no tenemos cómo defendernos… Nos tienen en sus manos - se resignó Joe
- Muchachos, yo no sé ni que pitos toco en este asunto, pero si me dicen puedo ser de ayuda… - apuntó Juliette
- No necesitamos tu ayuda - dije - podemos salir de esta solos, así ha sido siempre, ¿no es así Joe?
- Por nuestra culpa, el jefe de esa banda de delincuentes que por cierto es el ex novio de mi novia pasó toda su infancia en un reformatorio siendo inocente, y ahora que quiere vengarse es un criminal buscado y peligroso que ha capturado a Maggie - se soltó Joe
- ¡Joe!, ¡Se supone que es un secreto!... - le regañé por su imprudencia
- Esta chica es una delincuente, tiene muchos más secretos que nosotros, así que no tenemos nada que perder… igual, ya tienen a Maggie, nada se puede hacer… - continuó Joe en un tono bastante pesimista.
- Mira Joe, entiendo lo duro que debe ser, pero hay que pensar con cabeza fría, no todo está perdido… - intenté de nuevo darle ánimos
- Es increíble que lo diga pero el chico tiene razón - interrumpió la ladrona - ustedes dos son muy astutos, es imposible que no puedan pensar en algo para salirse con la suya; ¡Esta tarde se libraron de 8 hombres ustedes solos! - agregó
- Aún si consideramos lo que dices, ¿Qué podemos hacer?, estamos en su territorio… - insistió Joe tras unos segundos de silencio.
- ¿Bromeas? - dijo Juliette sacando una sonrisa - Mira junto a que edificio abandonado nos encontramos… - añadió, señalando el viejo y destartalado supermercado; De inmediato, entendí que podíamos pensar en algo que hacer con lo que nos encontráramos allí dentro, y sin pensarlo entramos en el polvoriento edificio.
Dentro de este, en el primer piso había poco más de unos escombros, estantes de metal y cajas de madera vacías, pero en el segundo habían cosas más interesantes, tales como pequeños instrumentos de oficina aún en buen estado y comida rancia, llena de hongos y podrida en una que otra caja.
- No hay muchas cosas que se puedan usar… - dije algo decepcionado
- Bueno, no se puede esperar mucho de un súper mercado que debió haber sido abandonado hace más de 2 años… - agregó Joe.
- Diablos, me están decepcionando ustedes dos… - exclamó Juliette - Tú chicho listo, no me digas que con lo que hay aquí no puedes pensar en algo… - dijo acercándose a mí hasta quedar cara a cara, a tan solo unos 5 centímetros, lo suficiente para hacerme ruborizar - Es en momentos como este en los cuales hace falta que seas un hombre y no un bebe asustado… - añadió, hiriéndome (si les soy sincero) y dándose la vuelta.
- Tu… - dije bajando la mirada - deja de actuar como si lo supieses todo de mí… ¡No sabes nada! - empecé a gritar de repente - aparta, que es hora de que los hombres se pongan a trabajar, y si no vas a ayudar, ¡mejor que no estorbes!
- Esta bien - dijo mientras me iba a buscar materiales para empezar - Hombres…
Para las 5 de la mañana ya la luz del sol floreciente permitía ver el típico panorama azul grisáceo de la madrugada, y los rayos que se colaban entre las ventanas del mercado eran perfectos para terminar mi trabajo. En tan solo cinco minutos más tarde, con materiales muy precarios que había encontrado en el mercado (resortes, madera y trozos de metal) había elaborado un par de armas “lanza-comida-putrefacta”, una pequeña resortera y había conseguido una munición increíble de ligas elásticas, eso sin contar las perfectamente “arrojables” latas de conservas encontradas y los baldes de pintura rellenos de “licuado de desechos” (agua y desechos de todo tipo revueltos); El armamento estaba listo, solo hacía falta esperar el momento justo para atacar; Juliette había decidido colaborar a la hora de la acción, y se había tomado la molestia de diseñar un plan de ataque junto con Joe mientras yo elaboraba el material de ataque.
El plan (elaborado en su mayoría por Juliette, la cual era muy astuta) consistía en lo siguiente:
Juliette se quedaría en la azotea del súper (desde la cual se tiene una perfecta visión de la calle 11 donde se encontraban los bandidos) y estaría equipada con la resortera, ligas elásticas, latas de conserva y baldes de “licuado asqueroso” para atacar desde arriba. Por un lado de la calle 11 estaría yo esperando la señal de ataque y por el otro Joe, para acorralarlos, y estaríamos equipados con bolsas llenas de comida podrida y un “lanza-comida putrefacta” cada uno.
Cuando Juliette lanzara la primera lata de conservas al suelo a propósito para atraer la atención de los Hungry Bullets, sería la señal de ataque y de inmediato arremeteríamos con cosas líquidas para nublar la visión de los bandidos.
Mientras Juliette y yo nos la arreglábamos para mantener ocupados a los Hungry Bullets (para este momento yo ya tendría que haberme hecho con un arma de las que ellos tuviesen) el deber de Joe era sacar de la calle 11 rápidamente a Maggie y ponerla a salvo, para luego volver conmigo y sacarme del embrollo sin contratiempos si es que se llegaba a presentar alguno.
Todo era muy arriesgado, pero no teníamos otra elección, y fue así como ejecutamos el plan. Al principio todo salió de maravilla; Pudimos distraer a los bandidos y Joe pudo llegar hasta Maggie, pero una vez este se fue para dejarla a salvo en el súper todo empezó a complicarse.
Me sorprendió el ver que ninguno de los Hungry Bullets tenía un arma, por lo cual mi única defensa fue el “lanza-comida putrefacta” y las rocas, latas y bandas elásticas que Juliette lanzaba desde la azotea, pero pronto la munición se nos acabó, y aunque tres bandidos se encontraban inconscientes (habían sido golpeados por latas de conservas en la cabeza que habían sido lanzadas desde un edificio de dos pisos, era entendible) otros dos aún estaban en pie, y tan pronto se limpiaron el rostro lleno de líquidos repugnantes empezaron a acercarse a mí.
Intenté escapar corriendo por detrás de la caneca metálica en llamas que usaban los bandidos como fogata, pero uno de los grandulones me atrapó, no podía deshacerme de él (nunca he sido muy fuerte que digamos, ni Joe ni yo) y Juliette solo gritaba desde la azotea consejos inútiles para librarme de ellos, tales como “golpéalos en los testículos” puesto que ellos podían oírla también y se esperaban mis ataques; Sin demora, el otro grandulón empezó a darme una buena paliza, y tras tres golpes en el estómago vomité y caí mareado al suelo. Ya no había necesidad de que me agarrasen para que no escapara, estaba sin aire y tan mareado que no podía siquiera levantarme del suelo.
De repente, uno de los bandidos sacó de una lona café un galón de gasolina, y se aproximó a mí abriéndolo lentamente, con una perversa sonrisa en su rpustico rostro; Empezaba a pensar que se acercaba mi fin.
Los gritos de Juliette al ver esto se volvieron frenéticos, y empezaban a parecer desesperados, iban a matarme. Justo en ese instante, uno de los tipos inconscientes en el suelo se levantó, y el que tenía el galón de gasolina le ordenó “ir por la loca gritona del súper”, a lo cual el recién levantado matón acató de inmediato.
Todo parecía perdido, pero de repente, Joe llegó y empezó a arrojar rocas a los grandulones. Una de las rocas le dio en el brazo al que tenía el galón de gasolina e hizo que este lo soltara, regando la gasolina por el suelo de casi toda la calle, empapando tanto a sus colegas conscientes e inconscientes, como a mí y a él mismo. La gasolina no demoró en cubrir la zona alrededor de la caneca en llamas, y entonces supe que era hora de huir mientras Joe los distraía antes de que el fuego tocara el líquido inflamable y nos envolviese en llamas a todos; Tan pronto como me hallé fuera del charco de gasolina grité a Joe antes de que los matones se acercaran mucho a él “Joe, tumba la caneca en llamas”. Joseph no reparó en precisión y arrojó tres rocas tan rápido como pudo a la caneca y terminó tumbándola, cubriendo en llamas a los cuatro bandidos que allí se encontraban.
Joe y yo estábamos idiotizados mirando a los grandotes arder, pero un fuerte grito nos despertó, era Juliette en la azotea, atrapada por un bandido dispuesto a arrojarla a la calle desde tal altura.
- ¡Mierda!, ¡Aguanta Juliette! - grité, corriendo junto con Joe hasta la azotea, donde el matón aún no arrojaba a Juliette pues estaba esperándonos.
- Putos niñatos… ¡habéis matado a mis colegas!... ¡os acercáis mas y veréis los sesos de esta puta regados por todo el pavimento! - gritó mientras sostenía a Juliette muy cerca de la orilla de la terraza, con peligro de resbalar.
- ¡Ayuda!, ¡Idiotas hagan algo! - gritaba la bella ladrona que ahora intentábamos salvar
- Calma, se que podemos arreglar esto de alguna manera… - dijo Joe intentando calmar al grandote
- ¿Si?, ¿¡De que puta manera vais a devolverme a mis colegas cabrónes!? - exclamó
- Enviándote a que te reúnas con ellos en el infierno… - comentó una voz femenina de repente justo detrás de nosotros, era Maggie con una roca en sus manos.
- Jajajaja, no me hagas reír, ¿Piensa una mujerzuela como tu darme desde esa distancia con una roca?... ¡Estúpida! - se burló el confiado fortachón
- Yo de ti, no me burlaría de la mujer con mejor puntería y mayor potencia en el brazo derecho del mundo… - agregó Joseph, y entonces, Maggie lanzó la roca, y tal como era de esperar, dio al bandido en su frente, haciéndolo caer inconsciente dos pisos abajo, a la calle la cual se encontraba aún en llamas.
Sin pensarlo corrí hacia la orilla y agarré a Juliette antes de que esta se callese junto con el bandido pues estaba peligrosamente cerca de la orilla y alcancé a salvarla, tras respirar un poco, me miro fijamente y me dio las gracias.
- ¿Ahora si estoy actuando como un hombre? - le pregunté sonriendo, mientras Joseph abrazaba y besaba a Maggie, celebrando por el exitoso rescate.
- No vengas de chulito, has estado bien pero pudiste haber estado mejor… - respondió entre risas - ¿Y bien?... - continuó tras un corto silencio y un intercambio de miradas.
- ¿Qué? - pregunté
- ¿Aceptarías hacer equipo conmigo?... Joseph ya ha aceptado, ¿No es así Joe? - aclaró
- Creo que acabamos de demostrar que somos un grandioso equipo, Juliette… - afirmó Joe, entonces, ambos me miraron.
- Bueno… supongo que podemos probar… - respondí, a lo que Juliette y Joe sonrieron.
- Muy bien, entonces este es el comienzo de lo que ahora en adelante llamaremos… ¡¡“Whatever Corporation”!! - Gritó la ladrona que era ahora nuestra compañera, socia, y futura amiga, Juliette Aucoin.


Capitulo 4 - La francesa
Juliette Aucoin no había ido a la universidad tras terminar sus estudios de bachiller. Ella había optado por continuar su formación como modelo junto a la agencia con la cual había estado formándose durante toda su adolescencia, y había decidido extender su campo de acción inscribiéndose en una academia de actuación, en la cual no demoró en destacar por su talento, habilidad increíble para mentir y engañar a las personas, y obviamente su exótica belleza.
No obstante, Julie (como empezamos a decirle Joe, Maggie y yo para abreviar) se topó con la cruda y dura verdad al ser confundida con una prostituta cuando intentaba conseguir el papel protagónico de una serie, para el cual el productor que patrocinaba el proyecto le pedía que le hiciera unos cuantos “favores” con tal de que él la contratase.
Tras varias decepciones parecidas, Julie terminó resignándose, y dejó su carrera acompañada por un profundo odio hacia las cadenas televisivas y su corrupción. Tras vagar sin rumbo fijo empezó a tener problemas financieros y le pidió a sus padres (los cuales nunca estuvieron de acuerdo con su proyecto de vida) como último favor que le pagaran un vuelo a los Estados Unidos, y nunca más volverían a saber de ella ni se tendrían que preocupar por mantenerla. Sus padres, felices por la idea y con sus esperanzas puestas por completo en su hija menor (la hermanita de Juliette, Carolann Aucoin) a la cual querían alejar de malos ejemplos, le pagaron el viaje y perdieron todo contacto con Julie.
En USA a la pobre inmigrante no le fue mejor como actriz, y no tuvo otra opción más que rebuscarse algún trabajo para poder sobrevivir. Llegó a trabajar como mesera, pero Juliette siempre había sido ambiciosa y tenía un ego demasiado grande como para dejarse dar órdenes, por lo cual no fue de extrañar que a la semana tuviese su primer altercado con un cliente exigente, y un mes después fuese despedida. Juliette no soportaba la idea de trabajar en algo común por horas y no recibir más del salario mínimo, por lo cual terminó optando por la vida como estafadora.
Su primer acto criminal fue el de convencer a una promoción de estudiantes de preparatoria de que era una operadora en una famosa agencia de viajes, y les garantizó un viaje todo pago a Hawaii para todo el grado, pero al recibir el dinero recogido por tesorería se escapó de la ciudad (en ese entonces se encontraba en Washington) haciendo una buena fortuna y cambiando todos los papeles e identificaciones falsas que para este robo había conseguido. No demoró en convertirse en una de las criminales más buscadas por el FBI, y es que su manejo de la ropa para confundirse con cualquier persona del común, y su excelente habilidad para mentir (además de sus amigos en las notarias que le permitían hacerse con falsas identidades) la hacían un conejo difícil de atrapar. Luego de mucho huir, terminó uniéndose a una banda criminal en New York, y fue en esta ciudad en la cual por fin la conocimos.
Al aceptar el trabajar con Juliette, estábamos aceptando también su pasado, y todos los problemas que el ser sus compañeros nos traería, estábamos decididos.
Sin embargo aún había un problema, estábamos aceptando el volvernos criminales y Maggie no podía entender por qué; Había llegado la hora para Joseph de contarle la verdad.
Luego de que Maggie nos dijese que Bruce no se encontraba con los bandidos y hasta ahora estaba viajando a New York para reunirse con su equipo (lo había oído todo mientras se encontraba secuestrada) exigió que le comentáramos quien era Juliette y que hacía con nosotros; Tras explicarle detalladamente el problema, y contarle la historia real sobre Bruce y la broma hecha en primaria, Maggie quedó pasmada, no lo podía creer. Sin decir una palabra se puso de pié y se marchó mientras Joe le pedía que entendiera.
- Amigo… lo lamento… - le dije al verlo llorar
- No, es lo mejor… Si Maggie permanece a mi lado puede salir herida, y más ahora que somos parte de una banda criminal… - comentó
- Vaya muchachos, lo siento, no sabía que el proponerles hacer equipo traería tantos problemas… - agregó Julie preocupada
- No es tu culpa, es lo que nos merecemos por haber hecho lo que hicimos de pequeños… - respondió Joe, secándose las lagrimas - ¡Vamos!, ahora somos solo los tres, y es lo mejor para nosotros… - añadió entusiasta, con una sonrisa fingida.
Empezamos entonces a operar como bandidos; Conseguimos identificaciones falsas, nos trasladamos a otro apartamento y nos establecimos los tres como compañeros universitarios de piso. Las ofertas de trabajo no tardaron en llegar, y aunque algunas eran tontas (tales como cuidar y sacar a pasear los perros de algún anciano) las aceptábamos, pues tal y como decía el nombre de nuestra empresa, estábamos dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de ganar unos buenos pesos (por tonta que fuese la petición cobrábamos un buen dinero acorde con el riesgo o la cantidad de esfuerzo necesitada para llevar a cabo la labor) y por el momento el sistema nos funcionaba; Entonces, nos llegó la primer oferta con un alto nivel de riesgo: Robar una valiosa joya a un grupo de mafiosos y dársela a otro.
El mismo jefe del grupo era quien había ido a ofrecernos tal trabajo, puesto que se encontraba en un momento difícil ya que a su antiguo estratega ladrón lo habían asesinado en el trabajo anterior, por lo cual no contaba con nadie que hiciese el robo por él. Tras aceptar, el jefe de la mafia nos dio los nombres del jefe y sus guardaespaldas, la dirección del edificio del mafioso enemigo y la fecha del día en el cual transportarían la joya, y esto fue suficiente para nosotros.
Un día antes de que la piedra fuese transportada, Juliette se arregló y vistió de manera despampanante, se puso una peluca de cabello naranja y unas gafas de sol y siguió de cerca al jefe del grupo al cual íbamos a robar hasta que pudo intervenirle y le convenció de tomarse con ella unos tragos; Idiotizado por la belleza de Julie el jefe aceptó aunque sus guardaespaldas desconfiasen un poco.
Tras emborracharlo bastante, y conseguir que este la llevara a su mansión (que no era el lugar en el cual tenían la joya) Julie lo incitó para que fueran a la cama, y los guardaespaldas se quedaron en el salón principal. Estando Juliette y el jefe Gaspard Vincenzo, solos en el cuarto, la hermosa bandida le convenció de que se tomara un trago más, al cual le agregó suero de la verdad y un somnífero (suero el cual llevaba en el bolso, y había conseguido de un amigo químico justo para esta misión) y le sacó toda la información que pudo en cuanto al lugar y la hora de partida del carro que transportaba la joya, además del destino de la misma, entonces el Jefe cayó dormido y Juliette aprovecho esto para llamarnos a Joe y a mí y compartir toda la información que había logrado obtener con nosotros, para que al día siguiente hiciésemos nuestra parte; Además, nos había enviado una grabación de los guardaespaldas charlando, que había grabado a escondidas, cosa que era imprescindible para llevar a cabo nuestro plan.
Julie se quedó a dormir con el mafioso, sin haber tenido que sacarle la verdad a cambio de sexo, y a la mañana siguiente actuó como una novia enamorada, haciéndole creer a Gaspard que lo habían hecho la noche anterior, y que él le había prometido llevarla a Brooklyn (lugar al cual llevaban la joya) consigo. Gaspard, el cual se sentía comprometido por palabras que no eran suyas, pero él pensaba que sí, accedió a llevarla consigo y avisó a sus guardaespaldas de esto, a los cuales les pidió que no le quitasen el ojo de encima.
Al llegar la noche, Gaspard, Julie y los guardaespaldas se dirigieron a la bodega en la cual guardaban la joya que por cierto era una esmeralda de 4 quilates estimada por aproximadamente 2800 dólares, y nosotros (Joe y yo) nos encontrábamos ya en el lugar esperándolos, disfrazados como los guardaespaldas de Gaspard (con la grabación que nos había mandado Julie había bastado para que Joe hiciese su trabajo como maestro del disfraz y lograse hacernos ver exactamente como los guardaespaldas utilizando músculos falsos hechos con cojines y pasta utilizada en las películas para moldearnos nuevas caras).
Cuando estos llegaron en limosina, Joe y yo nos ocultamos tras unos arbustos; El jefe entró en la bodega y pidió a sus esbirros que cuidasen de la entrada, y los guardaespaldas se quedaron fuera del carro vigilando. En este momento Julie salió para tomar aire, y empezó a coquetear a uno de los guardaespaldas, Frank (era rubio, y era de quien estaba disfrazado Joe, ya que le quedaba perfecto puesto que Joe era también rubio).
- senyorita, será mejor que entre en el carro de nuevo - insistía Frank mientras Julie le seducía y le hablaba insinuante.
Por su parte, el otro guardaespaldas (Tom) intentaba ignorar lo que sucedía, y se alejaba del carro. Entonces, cuando consideré que era el momento perfecto, saqué el arma de electrochoque que había hecho para esta misión y disparé a Tom, el cual empezó a retorcerse en el suelo. Dado el barullo, Frank se dio la vuelta y se acercó a Tom, y fue entonces cuando por la espalda Julie le atacó con otra arma de electrochoque que yo le había dado.
Inmovilizados e inconscientes los dos guardaespaldas, los escondimos tras los arbustos tras quitarles la ropa y ponérnosla. Cuando el jefe salió quedó totalmente engañado por el disfraz que Joe había hecho y entró a la limosina junto con la esmeralda sin demora.
Tras llevar algo de camino, condujimos al jefe hasta una carretera desocupada y lo sorprendimos revelándole sobre el robo, este nos sorprendió agarrando la joya y saliendo del carro; Joe y yo salimos tras él, pero para nuestra sorpresa el jefe mafioso se sabía defender y nos dio una buena paliza, hasta que Julie se libró de él con el arma paralizante con la cual habíamos atacado a los guardaespaldas anteriormente. Luego de hacernos con la piedra amarramos y metimos al jefe mafioso en el baúl y condujimos hasta la guarida de nuestro cliente; Tras darle la piedra, y como “bonus” entregarle a su enemigo atado en el baúl de la limosina nos pagó lo acordado y nos dio hasta propina. Al salir del edificio felices, con 1300 dólares en nuestros bolsillos, Julie comentó
- Hemos estado cerca de arruinarla…
- ¿Por qué lo dices?, si hemos cumplido… - comenté
- No Tim, tiene razón, Gaspard casi se nos escapa… - le apoyó Joe
- Pues si, pero… lo hicimos, ¿No es eso suficiente?... - insistí
- No para misiones futuras Tim, parece que necesitamos algo de músculos… - argumentó Julie insinuante; La francesa ya tenía algo nuevo en su retorcida cabeza criminal.




Ultima edición por danaha el Lun Ene 30, 2012 9:21 pm; editado 6 veces




Banetasch Zx Mensaje Mar Ene 10, 2012 2:57 am
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Nada mal, intenta mejorar la descripción física en el mismo texto, aunque solo una sinopsis y prólogo no creo que merezcan mucho, jujú.

Va bien señor, es atrayente y con cierto suspenso sutil, me gusta.




danaha Mensaje Mar Ene 10, 2012 9:27 pm
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Primer capitulo subido... Que lo disfrutéis Smile espero vuestros votos y comentarios acerca de la historia.

Descripción física, mejorará con el tiempo, en el prólogo aún quería mantener los personajes como anónimos, ya en este primero puedes hacerte una idea de como es Joe. Gracias por los consejos, si encuentras algo más te agradezco que me lo hagas saber Smile





fgp21 Mensaje Sab Ene 21, 2012 2:54 pm
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me ha encantado, de verdad, hacía ya tiempo que buscaba una narración así y un vocabulario coherente a los personajes y las situaciones. Me gusta como se van conociendo en trospectiva los personajes y sus motivos .... a ver si se desarrolla lo que parece ser una historia de gente que hace lo que sea y llego a entender el porqué lo hacen... y ese objetivo de venganza de Bruce me ha gustado

Pd: lo único que he encontrado de momento es que se te ha saltado alguna minúscula en algún nombre propio, pero en serio, me gusta el estilo





danaha Mensaje Sab Ene 21, 2012 9:30 pm
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Que bueno que te haya gustado, y sí, parece que estas adivinando bien la trama principal. Las cosas están apenas desarrollándose, aún nos encontramos en el "flashback" de Timothy, es decir que actualmente ya todo lo relatado ha sucedido, y aún estamos en la explicación de como comenzó la historia de "Whatever Corp".
Espero continúes leyendo, que se pone mejor con el paso de los capítulos. Gracias por las críticas, estaré mas pendiente en cuanto a los nombres propios Smile





Relampaghost Mensaje Mie Ene 25, 2012 5:01 am
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danaha Mensaje Mie Ene 25, 2012 11:28 pm
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Tercer capitulo hecho Smile...
En este quedaran algunas cosas en el aire, pero tranquilos, que en el próximo se aclara todo y termina el flashback de Timothy.





Relampaghost Mensaje Dom Ene 29, 2012 10:29 pm
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Esperando mas capitulos a ver como se pone.

Oh, y solo una cosa...
» en el cap.3 danaha escribió:
De repente, uno de los bandidos sacó de una lona café un galón de gasolina, y se aproximó a mí abriéndolo lentamente, con una perversa sonrisa en su rpustico rostro; Empezaba a pensar que se acercaba mi fin.


Quisiste poner ¿rustico?






danaha Mensaje Lun Ene 30, 2012 9:22 pm
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Relampaghost
Sí, era Rústico xd


Espero les guste el cuarto Smile. Subido!





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