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Buscando personajes únicos

Escrita por: Fireduende



Nota de Jesulink: Esta es una lección escrita por nuestro usuario Fireduende. Escribe lecciones en forma de reflexión personal que te harán pensar sobre ciertos aspectos que sin duda te ayudarán a la hora de hacer tu Manga.

Por encima de cualquier otro personaje convencional, existen personajes únicos que permanece en la memoria de una generación de lectores durante mucho tiempo, convirtiéndose en ocasiones en un ídolo inolvidable, para mucha gente, o para una sola persona.

Lo más normal es que haya uno en cada obra (como Sephiroth o Link), aunque a veces pueden aparecer varios dentro de un mismo juego, comic, libro, película…

No conozco cuál es la fórmula exacta para crear personajes únicos (de hacerlo estaría triunfando en Hollywood), pero puedo dar unas indicaciones.
¡Al fin y al cabo, todo lo que pueda decir son indicaciones!

Creo que el hecho de que un personaje se te quede en la cabeza durante mucho tiempo tiene que ver con el amor.
Sí, si, el amor.
Para crear a un personaje único, tienes que hacer un personaje que enamore.

Es en realidad ese enlace que surge entre el lector real y el personaje ficticio lo que llamo amor, y debo decir que el enamoramiento literario funciona igual que el enamoramiento en la vida real.

Puede ponerte Axe, aprender un par de chistes graciosos, tener un estilo desenfadado, comprarte un Ferrari, ser vergonzosamente servicial o ser el tío más majo de la Tierra...

Pero por más que lo intentes, ella (o él) se irá luego con quien le apetezca.

Un personaje puede ser forzado para que se convierta en un ídolo, atribuyéndole cualidades que todos querríamos: inteligencia, atractivo, ingenio, humor, fuerza física, talento artístico, inocencia moe...
Pero será el público quien decida si merece la pena o no.

¿No ha pasado que el personaje favorito de algunas series es un secundario que aparece brevemente en la serie, en lugar del protagonista-chupacámaras?

Decía Joaquín Sabina que una buena canción está hecha de una buena voz, una buena letra, una buena música... y algo más.
Algo más que nadie sabe muy bien que es, pero que sin ello, una buena canción jamás será una buena canción.

Para los personajes, ese "algo más" se llama "Carisma"

El Carisma no se consigue “inflándolos” de cualidades perfectas, ni dotándole de un pasado emotivo, sino de quererlos.
Lo de "querer al personaje que se crea" es algo bastante cursi y ambiguo, lo sé, pero suele funcionar.

Centrándonos especialmente en los grandes personajes (en un par de ellos, no en una plantilla numerosa), cuanto más empeño pongas en ellos, cuanto más te preocupes por ellos, mejor quedarán al final.

Un niño pequeño tiene más capacidad para "enamorarse" que un adolescente, y un adolescente más que un adulto, lo que explicaría los fanatismos propios de la pubertad y los personajes favoritos de la infancia (a los que ninguno actual puede hacer sombra)

Personalmente, aún recuerdo con nostalgia a aquel personaje de la serie Medabots, que veía cuando era un crío...
Ahora me doy cuenta de que no era gran cosa, que era sólo un estereotipo de personaje pacífico y torturado por su pasado que luchaba para que reinara la justicia y la paz en el mundo, y que sólo peleaba cuando su corazón se lo decía...

Pero eso a los diez años no se tiene en cuenta, era un personaje misterioso que molaba y punto. Es la visión del niño la que crea mitos.

Para "enganchar" a personas más mayores, el proceso de creación de un personaje que enamore es mucho más complejo...

Tras conseguir que el lector se enamore del personaje (lo cual puede suceder al final de la obra y servir de poco de cara al futuro) entonces tienes el terreno ganado.

De la misma forma que en la vida real, los chistes del personaje amado hacen más gracia, sus desgracias se sufren más y sus heroicidades son mucho más heroicas que cualquier otra.

Plantéate: ¿Qué es lo que enamora?
E intenta obrar de acuerdo con ello.


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