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Uah... he querido leer pero me handan correteando (me ponen horarios para usar la compu y asi xP) pero bueno, lo guardare en Word antes de me tenga k ir =w=! , Gracias Sayara-san!!
uaaaaaah *v* Saya-chan me ha encantado ese momento medio pervy XD y espero que estando esos dos hay solos arreglen un poquito las cosas XD y que coño pasa con esos temblores?????
Me e leído todo de un tirón, y valla que me tarde, realmente me a gustado, así que te pediré por favor síguelo hasta que lo termines(ya e leído muchos fic no terminados). Espero la continuación, gracias por darte el tiempo de escribir.
Bueno, por fin desde hace mucho tiempo publico mi cap a tiempo, aun de que pensaba que no llegaría jaja.
Sobre el capitulo de hoy hay la continuación de un flashback sobre el pasado de Lluvia, que la primera parte la tenéis en el cap 16 en la pagina 6 por si queréis releerlo, es pequeñito.
Dangara y xXnaloviXx, ya pensé que me abandonarais y que no ibais a contestar XD, pero no se por que me preocupo siempre comentáis
A Rob bienvenido jeje. ¿Has sido capaz de leértelo de un tirón? Pues es un buen trozo jaja, en el word he llegado casi a las doscientas paginas escritas :p . Bueno me alegra mucho que te gustara y cada semana publico, espero que sigas comentando nwn
Como siempre gracias por leer y comentar, hasta dentro de una semana
Capítulo 37: 5 noches y 4 días
No sabía si le dolía más el cuerpo ahora o después de la pelea contra Melón. Kaji se levantó con un horrible dolor de espalda y sentía sus cervicales agarroteadas, cada leve movimiento de cabeza era una tortura que tenía que aguantar. Maldito fuese aquel sofá que aunque largo y con pinta de cómodo engañaba mucho. No le costó nada dormir, fue cuestión de tan solo unos minutos, ni tampoco se despertó en ningún momento de la noche, tan solo levemente cuando Lluvia se levantó para ir al baño, pero simplemente se hizo el dormido. Pero aquello que le había parecido una de sus mejores cabezadas ahora le pasaba factura. Con cuidado e intentando mover la espalda lo menos posible se dirigió a la cocina para desayunar algo. No había mucha variedad, aquellas latas tenían un buen par de años de antigüedad, pero si ayer no habían muerto por intoxicación tampoco lo haría ahora. Comió lo que pudo y no despertó a Lluvia por miedo, cuando se levantase ya se haría ella la comida. Leyó un rato más otro de los libros abandonados allí, pero cuando se dio cuenta de que el aburrimiento lo estaba matando decidió salir un rato. Dejo la cabaña y volvió donde se habían separado de los otros el día anterior. Como Lluvia había marcado el camino no le había costado esfuerzo alguno llegar, pero nada había cambiado. Los montones de rocas se apilaban unas encima de las otras sin orden alguno, impidiendo escapar de aquella ratonera. Mat había calculado unos dos o tres días, ¿sería capaz de aguantar tanto? Bueno, Kaji se consideraba un chico tranquilo así que mientras a Lluvia no le diese una de sus venadas asesinas podría salir de allí más o menos ileso. Volvió a la cabaña y descubrió a Lluvia sentada en la mesa de la cocina con una taza de café en la mano. Kaji ya había encontrado un pack de café en polvo comprimido, pero como no le gustaba demasiado lo había dejado en su sitio. Pero parecía que a ella si le gustaba. No estaba arreglada, vestía la camiseta ancha del día anterior, los pantalones del mismo estilo y el pelo recogido de manera informal. Tenía unas pequeñas marcas moradas debajo de los ojos, nada importantes ni dignas de mencionar, pero puede que hubiese pasado una mala noche. Kaji se acercó y se sentó también en la mesa.
- ¿Qué tal estas?- pregunto de manera educada, intentando entablar una conversación y romper aquel silencio que se había apoderado de la cabaña durante años.
- Eso depende- dijo ella sin mucha energía mientras daba otro sorbo de café- además de estar encerrada en una cueva perdida de la mano de dios, en una caseta a punto de caerse, con un tío imbécil y que además no he podido bien dormir… por lo demás no me quejo- dijo de nuevo sin energía alguna, como si quisiese que el tiempo pasase rápido.
- No te quejes, por lo menos tu dormiste en la cama- dijo el chico ignorando el insulto que le había lanzado. Sabia de sobra como era la chica, y ante una situación así lo más parecido para desahogarse era aquel chico-saco de boxeo. Él se sirvió un poco de café de la cafetera que había alado, que aun echaba un poco de vapor – No sabes cómo tengo la espalda, ese sofá me ha intentado matar mientras dormía o algo- con una pequeña sonrisa en la boca.
- Puede que la que te haya intentado matar fuese yo…
- ¿¡Que!?
- Nada…- dijo mientras volvía a beber y lo miraba. Si algo daba más miedo que una Lluvia enfurecida era una relajada, pues daba la sensación de que planeaba la peor de las torturas posibles. Resoplo dejando la taza medio vacía en la mesa- Si tienes una contractura deberías quitártela con ejercicios…
- ¿Y cómo? Yo no tengo ni idea de eso- pronuncio el joven llevando la taza de café a la boca. En cuanto la bebida toco su lengua la volvió a escupir con una velocidad asómbrate- ¡Dios! No tiene nada de azúcar- dijo mientras intentaba quitarse aquel sabor de la boca. Si ya de por si el café no le hacía mucha gracia, sin azúcar ni leche mucho menos. Lluvia no dijo nada al respeto, solo lo miro. Después de que la chica se cansase de mirarlo se levantó con su típico carácter de pasota.
- Anda, ven aquí – dijo dando la vuelta a la mesa y quedando del lado del. El chico sin saber muy bien que hacer se levantó para estar a su altura, bueno, realmente ella era levemente más alta, pero tan solo unos centímetros- Quítate la camiseta- mando cruzando los brazos y cerrando los ojos con sus labios torcidos en una mueca.
- En… Lluvia… ¿Qué vas…- dijo él no muy seguro, sin duda la chica daba miedo, y mucho.
- ¡Hazme caso, leñe!- grito ella, y Kaji se quitó la camiseta- Ahora échate en el suelo boca abajo- volvió a mandar sin decir nada más. Kaji aún no muy seguro se echó en el pequeño hueco que había entre la mesa de la cocina y la de café, justo delante de la puerta. La madera estaba fría y seguía oliendo a cerrado, y tenía algunos pequeños agujeritos de algún insecto seguramente. Kaji no sabía que tenía pensado la chica, pero entonces noto un peso a su espalda. Lluvia se había sentado en sus lumbares, y ahora sí que estaba completamente seguro que ella lo apuñalaría una y otra vez por la espalda aprovechando que estaba indefenso. En cambio ella parecía que estaba muy relajada- Apoya la cabeza en los brazos- dijo, y Kaji obedeció, por más miedo que otra cosa. Entonces noto las manos frías de ella en su espalda, provocándole un pequeño escalofrió y sudor, sin saber qué demonios iba a hacer la chica- Ahora estate quito, esto puede que te duela- pronuncio, y Kaji espero la puñalada que lo mataría, pero nunca llego, pero si ese dolor que había mencionado Lluvia. La joven presiono la espalda del joven con ambas manos y tantos huesos le estallaron que pensaba que se los había roto. Había sonado uno detrás de otro de manera seguida y levemente dolorosa, aunque no tanto como si le hubiese clavado un cuchillo. El dolor solo duro un segundo, y luego nada, la mayor parte de las molestias habían desaparecido. Hizo intención de levantarse, pero ella aun encima le paro- Espera majo, que si no hago bien esto luego te dolerá más- volviendo a presionar con sus manos. Apenas estuvo un minuto presionando su espalda por diversas zonas, y de vez en cuando se volvía a oír un hueso que se colocaba en su lugar. Luego ella se levantó sin más, y el chico la imito mientras movía su cabeza a varios lados sin dolor alguno.
- Dios míos, ¡es genial!- dijo pidiendo mirar a los lados sin dolor alguno en vez de girar todo el cuerpo como había hecho a la mañana- Gracias, ¿Cómo lo has hecho?
- Una tiene que saber de todo. Las contracturas en misiones es algo serio, hay que saber tratarlas- dijo la joven acabando lo poco que le quedaba de café casi frio. Kaji iba a volver a agradecer su ayuda, pero antes de que pudiese ella se encamino para el baño- Voy a ducharme, no me molestes- dijo dando un leve portazo.
Kaji volvió a mover sus hombros en círculos, comprobando que efectivamente el dolor se había marchado de todo. Lo malo sería al día siguiente como le volviesen a doler tras dormir en el sofá, y como le pediría a Lluvia que lo repitiese, bueno, quizás podría soportar de nuevo el dolor. Busco por los armarios algo de azúcar para el café, pero no había por ningún lado. Kaji cogió la taza y tiro su contenido por el desagüe. No le gustaba nada hacer aquello, es más, odiaba desperdiciar la comida, pero era incapaz de beberlo sin tan solo azúcar, y dudaba que Lluvia lo bebiese después de que el chico lo hubiese escupido. Limpio la taza y escucho el ruido del agua de la ducha corriendo, y en ese momento un grito. Un grito de Lluvia y el chico se alarmo. Quizás se hubiese resbalado y se había dado en la nuca y ahora se estaba desmayada o ahogándose. Alarmado fue al baño y abrió sin más.
- ¡Lluvia!- la llamo esperándola encontrar medio muerta o desangrada por el golpe en la cabeza, pero el que iba a llevar un buen par de golpes iba a ser él. Vio como la ducha seguía funcionando, y como Lluvia se tapaba como podía con una toalla con el pelo medio mojado. No había sangre ni signos de resbalón o accidente alguno. Entonces ambos se miraron, y no sabrían decir quien tenía las mejillas más rojas. Al final Kaji se atrevió a hablar- … hola…- no se le había ocurrido nada más.
- ¡Imbécil!- grito Lluvia mientras le lanzaba una patada a la cara del chico haciendo que un chorro de sangre saliese de su nariz. Kaji salió literalmente volando del baño cayendo en el pequeño trozo entre la cocina y la mesa mientras su camiseta se cubría de sangre- ¡Maldito pervertido!- grito Lluvia saliendo del baño con la toalla colocada alrededor de su cuerpo. Cogió a Kaji del cuello de la camisa y empezó a zarandearlo- ¿Qué coño crees que haces? ¿¡He!?-decía alporizada sin dejarlo ni un segundo.
- Solo… pensé que te habías caído o algo- contesto por fin mientras su cabeza daba vueltas, la sangre continuaba y Lluvia seguía agitándolo con fuerza.
- ¡Sí! Ya… y yo me lo creo…-decía con cara de enfado y no paraba de zarandear.
- ¿Entonces por qué gritaste?- pregunto ahora él algo enfadado, por unos segundos se había preocupado por nada, y no solo eso, si no que había llevado premio.
- Porque el agua esta helada – contesto la chica sin pensarlo. Entonces ella paro de agitarlo y ambos se miraron con caras inexpresivas.
- … Lluvias… ¿Has gritado de esa manera solo porque el agua estaba fría?...- pregunto Kaji aun sin creérselo de todo.
- ¡Cállate!- fue la respuesta de la joven mientras lo soltaba y se daba la vuelta algo avergonzada. Ella, la mujer que aguanto una paliza de Melón líder de los SS, que volvió a casa aun de ser atravesada por una espada, gritando porque el agua estaba fría, que vergüenza. Por un momento estuvieron en silencio, sin saber que decir, mientras el ruido de la ducha continuaba sin cesar. Pero entonces a ella se le ocurrió un pequeño plan-chantaje – Vamos a hacer un traro. Yo no te denuncio por acoso sexual a Dino si a cambio haces algo por mí…-dijo con una pequeña sonrisa en la boca. Kaji le miro con duda aun desde el suelo.
- ¿Qué quieres que haga?...- pregunto con miedo mientras Lluvia giraba la cabeza con estrellas asesinas en los ojos, y de nuevo el escalofrió recorrió la espalda del chico.
Y así estaba a los diez minutos. Con el codo apoyado en la bañera de latón mientras su manos sujetaba su cabeza y especialmente su mejilla hinchada por el golpe, y la otra mano dentro de la bañera llena de agua calentándola mientras Lluvia esperaba fuera impaciente. El perverso plan de Lluvia era utilizarlo para calentar el agua siempre que ella lo pidiese. Al final el apaño que le había hecho Lluvia en la espalda no había servido de mucho, pues cuando le dio la patada había caído sobre su espalda y de nuevo tenía un leve dolor. Bueno, quizás podrían llegar a un trato. Ella sería su quiropráctica y él su calentador de agua. Era un trato justo.
El tiempo seguía pasando lentamente sin mucho que hacer. Lluvia parecía algo molesta por lo del baño, pero era algo normal, pero aun así no estaba tan enfadada como otras veces. Kaji se pasó el día sentado en el sofá y Lluvia no paraba de moverse de un lado a otro. Iba al cuarto, a la cocina, una y otra vez buscando algo que hacer. Al final salió fuera para entrenar un poco. Kaji la observo sentado en el sofá, mirando a través de la ventana oscura por culpa de la suciedad acumulada durante años. Ella entrenaba o bien haciendo flexiones, planchas o algún otro tipo de ejercicio. También manipulaba el agua del riachuelo y la lanzaba con fuerza a las rocas, rompiendo más de una, era impresionante la fuerza que tenía. Luego se fue durante más de una hora, Kaji no sabía a qué, supuso que a correr por los túneles porque cuando volvió estaba empapada en sudor, y a Kaji le toco de nuevo hacer de calentador del agua, pues el otro estaba roto. Lo único bueno de aquello es que se acabaría pronto. Por la noche la cosa fue igual que el día anterior. Kaji volvió a limpiar la herida de Lluvia y luego le toco dormir en el sofá. A la mañana siguiente a Kaji le volvió a doler la espalda pero no se comparaba con el día anterior, era más un entumecimiento que se las arregló para disminuir el dolor él solo. Como el día anterior, Lluvia tardo en levantarse y Kaji fue a mirar como estaban el túnel con las rocas para ver si ellos habían llegado, pero de nuevo no había señales. Bueno, habían dicho dos días o tres, tampoco había que desesperarse, aunque Lluvia parecía que empezaba a hacerlo. Fue por lo menos diez veces a aquel lugar en todo el día, y siempre volvía de mal humor y acordándose de familiares de 5 elementos. Kaji simplemente quedaba en silencio para no enfadarla. El día pasó más rápido que el anterior.
Al tercer día fue Lluvia la que se levantó antes y Kaji solo la encontró cuando fue como estaba el túnel. Ella estaba sentada allí delante, viendo las montañas de rocas y esperando que un momento a otro empezasen a moverse y del otro lado apareciese el “equipo de rescate”, pero la cosa no parecía querer suceder. Ella se negó a abandonar aquel lugar, y Kaji decidió esperar en la cabaña, estaba bien tener el lugar para él solo. Lluvia no pasó por allí ni una sola vez, se negaba a dejar el desprendimiento sin vigilar, incluso Kaji decidió llevarle la comida aunque ella había insistido en que no tenía hambre. Por la tarde la cosa le empezó a preocupar, pues 5 elementos seguían sin dar señales de vida. Ya era tarde cuando Lluvia volvió de mal humor y se metió en el cuarto sin decir media palabra. Empezó el cuarto día de mala gana, lo que ayer era preocupación se había convertido en ira y Lluvia aporreaba todo lo que encontraba maldiciendo una y otra vez todo lo que pudiese. Kaji la observaba desde el sofá intentando no meterse y cabrearla más, y simplemente comentaba que debían haberse atrasado o haber tenido algún inconveniente, que no se habían olvidado de ellos, o por lo menos eso pensaba Kaji antes de que diese la noche del cuarto día y ellos siguiesen sin dar señales. El quinto las cosas volvieron a relajarse. Lluvia había decidido no volver más a donde el desprendimiento, pero canalizaba su ira y nervios atravesó de ejercicios de entrenamiento. Kaji la observo desde dentro de la cabaña, y pensó que no sería mala idea entrenarse él también un poco. Cuando salió de la cabaña y le pregunto a Lluvia si podía unirse, ella pareció sorprendida en un primer momento, pero pronto aseguro que le daba igual. Bueno, era más fácil entrenar combate con alguien que uno solo, así que le vino bien. Kaji pensaba que la chica se cebaría con él, que empezaría a golpearlo por todo lo que pusiese sin piedad alguna y con una sonrisa en la boca, pero se equivocó. El entrenamiento fue muy bueno, Lluvia mantenía un buen nivel contra Kaji donde ambos sacaban sus mejores movimientos pero sin llegar a dañar al contrincante. Los movimientos, los ataques, las defensas y las llaves que hacían que se “cayesen” uno encima del otro se alargó durante toda la mañana. Lluvia sonreía, pero no como otras veces con aire de superioridad, si no con tranquilidad y reflejando que aquel entrenamiento no iba mal. Finalmente Lluvia se dio como vencedora, tanto por sus ataques como por que Kaji no quería ganarla, aun no sabía cuánto iban a estar allí y una Lluvia que acaba de perder no es una buena compañera. Por la tarde a Kaji le volvió a sorprender la chica. Él se sentó en el sofá leyendo el décimo libro de la estantería cuando ella en silencio cogió otro libro, se sentó en un sillón cerca de él y también se puso a leer en silencio. Por primera vez entre ellos dos la falta de palabras no era algo incómodo, si no que sentían una tranquilidad que nunca había creído vivir con la chica. Era más, incluso cuando ella se levantó para prepararse una taza de café le pregunto si él quería. Kaji dudo un buen rato pues pensaba que era una trampa, pero finalmente le dijo que no ya que no había azúcar. Las cosas parecían haberse relajado entre ellos, o al menos había una pequeña tregua.
Por la noche aun cenaron charlando, de los pocos temas no tabú que había entre ellos, que eran bastante pocos. Kaji sabía perfectamente de que no hablar, de su padre, de la capital, de misiones y sobretodo de Flama. Estaban ambos ya acabando la cena que de nuevo era comida enlatada, estaban echando de menos la comida de la base, incluso los cutres y sin duda pocos trabajados bocadillos de jamón, chocolate y mostaza que preparaba Zap, sobre todo porque se había olvidado de que le tocaba turno de cocina y hacia lo primero que veía. Después de una pequeña anécdota sobre Zap, donde Lluvia se rió, bueno, tocio los labios pero aquello ya era un mérito, Kaji se atrevió a decir no muy preocupado.
- ¿Y cómo os conocisteis Sôkar y tú?- mientras daba el ultimo bocado a su cena. No le pareció una pregunta importante, simplemente era por buscar algo nuevo de conversación. Lluvia queda quieta unos segundos, como si no se acordase de aquello y estuviese buscando en su memoria aquel encuentro. Kaji al ver que no reaccionaba se empezó a asustar un poco- Lluvia… ¿estás bien?
- Si… si –dijo dudando durante un segundo, como si volviese de un largo viaje. Ella ya había acabado su comida y ahora estaba con una nueva taza de café recién hecho entre las manos- Pues… la verdad es que fue hace mucho tiempo, mmm… unos trece años diría yo. Si, más o menos porque yo tenía cinco y él seis creo. Pues fue algo raro, pero sin duda de lo mejor que me pudo pasar- dijo Lluvia mientras se apoyaba en una de sus manos y su vista viajaba a un pasado muy lejano. Si Kaji no los conociese un poco a Sôkar y a ella aseguraría de que estuvieron juntos como pareja o algo, pero ahora que lo pensaba, tampoco había nada que se lo negase- Se puede decir que él me salvo, y yo a él…-finalizo dejando las palabras en el aire. Quedo quieta unos segundos pensando, y cuando Kaji le iba a volver a pregunta pareció entrarle la prisa a Lluvia- Bueno, estoy cansada. Ya hablaremos mañana- dijo bebiendo el ultimo sorbo de café y levantándose para irse a su cuarto. Pero aquel “hablaremos mañana” sorprendió tanto a Kaji que estaba por asegurar que aquella no era la Lluvia que conocía, si no que la habían suplantado o algo. Pero bueno, no estaba mal llevarse así.
- Que duermas bien- dijo el joven con educación, y la chica simplemente movió la mano en gesto de adiós, mucho más de lo que se esperaba de ella. Y de nuevo a Kaji le tocaba limpiar y dormir en el sofá, pensando que no había sido un mal día. Mientras que Lluvia en esos momentos se echaba en la cama, y recordaba un pasado tan lejano que parecía que nunca había sucedido.
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Su corazón iba más rápido, sintiendo que se metía en un lugar donde los enemigos eran desconocidos y donde tus ojos no servirían para nada. Justo antes de entrar de todo, la puerta del sótano era tirada a bajo de golpe, y una enorme bola de fuego engullía a la pequeña Lluvia.
Lluvia despertó horas después, no sabía cuántas pero sin duda había pasado mucho tiempo. Estaba todo oscuro, frio y caliente. Lluvia despertó con un par de parpadeos pesados, apartando el hollín que había en sus parpados y tosiendo el polvo de sus pulmones. Se intentó levantar, pero su cuerpo pesado y que se encontraba en un túnel de poco más de cincuenta centímetros de alto no ayudo. Entonces vino lo peor, darse cuenta de que estaba viva, pero porque le dolía la cabeza como nunca, y cuando se la sujeto con sus manos noto algo caliente y líquido entre su pelo, seguramente estaba sangrando. Sentía un enorme frio en su cuerpo solo cubierto por un pijama fino medio quemado, pero a la vez las quemaduras le harían como si le estuviesen posando un hierro al rojo vivo en ellas. Miro en todas direcciones pero solo la recibió la oscuridad, y aun tardo en darse cuenta de en donde estaba y que había pasado. Después de haber quedado en casa por encontrarse mal, un hombre… ¡no! Un soldado había ido a visitar a su padre. Ella estaba en su cuarto en silencio y sin querer molestar, pero en breves empezó a oír los gritos de los dos hombres, y al poco un disparo. Ella no grito, ni corrió hacia el despacho de su padre, si no que hizo lo que él siempre le había dicho que hicieses si algo extraño pasaba, que era esconderse. Escondida en el armario ni se dio cuenta de cuando empezó a arder la casa, solo cuando el calor sofocante la abrasaba salió de él. El fuego envolvía todo como flores el campo, cegando los ojos claros de Lluvia. La pequeña intento ir al despacho de su padre, pero el incendio se había originado allí y era imposible entrar, solo pudo ver la mano de su padre que sobresalir de detrás de la mesa del despacho y un charco oscuro debajo. Ella volvió a su habitación llena de miedo, esperando que su padre la rescatase y todo pasase, pero las cosas no fueron así. Aquel hombre, aquel que ni el fuego podía iluminar apareció. Dentro del túnel la pequeña se tocó la cadera aun notando las quemaduras que aquel hombre le había dejado al intentar sujetarla, y que seguramente le acompañarían durante años. Ahora Lluvia estaba en un pequeñísimo túnel artificial de piedra lisa y más o menos salvada de su casa en llamas, pero había algo peor que el fuego, la oscuridad. La oscuridad era una constante amenaza, no saber que hay delante o atrás aprisiona tu corazón como si hielo fuese. Lluvia asustada, pensando que en cualquier momento aquel hombre la sujetaría por el pie y la arrastraría, hizo que empezase a arrastrarse hacia delante, intentando escapar de una amenaza que no sabía ni siquiera si existía. Se arrastró por el pequeño túnel hasta que finalmente dio con un desnivel donde había agua. Lluvia no podía ver, pero si oír y sentir, y dedujo que debía encontrarse en unas cloacas o en el sistema de cañerías de la empresa de agua de su padre, y deseaba que fuese la segunda. Se puso en pie en aquella agua helada y solo entonces noto el enorme dolor que provenía de sus pies. Una sensación de pisar brasas se apodero de ella y se sentó aun de que el agua la mojaba y toco sus pies. La planta estaba seca y agrietada y al estar bajo el agua no sabía si estaban sangrando o no, lo más seguro es que en aquella ultima explosión se los hubiese quemado. La pequeña quedo allí un rato, sentada en el agua helada sintiendo sus pies arder y oyendo el agua, pero cuando oía el viento pensaba que era aquel ser oscuro que la iba a buscar y le entraba el pánico, y aun de sus plantas de los pies quemadas, ella empezó a caminar. Empezó a caminar por los túneles cansada, dolorida y sin saber a dónde se dirigía, solo se quería alejar de todo aquello, de la oscuridad y el viento. Cada paso era como si pisase agujas y necesitaba apoyarse en la pared para no caer y saber si había baches delante o no. Más de una vez se cayó y se empapo entera, pero ella se levantaba y seguía. Aun de tener sed no bebía, pues si no podía ver en que condición estaba el agua podía ser que estuviese sucia, y una descomposición en aquel momento era lo último que necesitaba. Camino durante horas y horas, sintiendo el agua más helada y que la oscuridad cada vez era más oscura. Temblaba, no sabía si de miedo o por frio, y si alguien la viese se fijaría en sus labios completamente morados y su rostro con sangre seca que ya había parado de brotar. Finalmente no podía más, tenía que rendirse. Su cuerpo le suplicaba que parase ya, que abandonase y dejase que aquel ser la matase lo antes posible, y solo entonces, Lluvia lloro. Lloro como lo hacía una niña pequeña cuando se cae y se rasca las rodillas, llamando a su padre y buscando atención. Cayo de rodillas sin poder evitarlo, notando como estas estaban todas rascadas de cuando se había estado arrastrando, y el traje del pijama pegado a su cuerpo y haciéndose más pesado. El túnel hizo el eco de sus llantos y aun así pudo oírlo, el ruido del agua al ser movida. Alguien se acercaba por donde ella había venido, y la niña se calló aterrorizada. Se puso de pie y se giró aun de que lo único que había era oscuridad. Su corazón latía como nunca y no tomaba un descanso, pero finalmente, cuando su mente no pudo soportar todo aquello decidió desconectarse y sus ojos se cerraron al instante. El cuerpo de la chica empezó a caer hacia el agua, y con los centímetros de profundidad que había si se caía dentro desmayada podía asegurar que se ahogaría, pero algo la sujeto. Noto como un cuerpo la agarraba impidiendo la caída, pero no era un cuerpo grande como el del soldado oscuro, si no uno poco mayor que ella. Lluvia permanecía medio desmayada, se daba cuenta de lo que pasaba pero no podía moverse. Aquella persona, que por la oscuridad no pudo ver, la coloco a sus espaldas y empezó a caminar. Debía ser un niño de su edad o poco más, pero Lluvia no propuso resistencia cuando se la llevo a cuesta sin saber a dónde iba. De vez en cuando el tropezaba y caía un poco, pero siempre aguantaba y volvía a levantarse. Al cabo de un rato salieron de aquellos túneles de agua, y algún que otro hongo luminoso fue capaz de hacer reaccionar a los ojos casi sin vida de Lluvia, y pudo fijarse con esfuerzo en el rostro de aquel chico que la estaba salvando. Pálido y con los ojos en sombras, él se giró un poco y sonrió “aguanta” susurro y ella, haciendo fuerza en sus brazos para sujetarse bien al cuello del chico, lo hizo.
El capitulo estubo bastante bien, pero me e quedado con la duda de por que los demas estan tardando tanto, y sobre el flash back FUE MUY CORTO no avanso quede con ganas de mas.
Momentos Kallu, esos me gustan sigue asi.
Pd: lo de leerlo de un tiron es mas que nada porque me gusta leer, por lo que lo hago rapido y si me gusta lo que leo no paro(aunque ese fue un dia especial, pues tube todo el dia libre)
°//.//,°! (Uah.... por fin pude leer a gusto =w=...), gracias Sayara-san, pero ua! no consideres el abandono xP , esk he andado ocupada, esperaremos la continuacion pese a todo x3! , buen dia n_n
........¿soy la unica que nota la tension sexual entre esos dos?..........
Ahora enserio el capitulo me ha encontado :3 ya era hora de verlos en tregua y comodos el uno con el otro a mi me ha parecido un capitulo muy bonito y el final con el flashback con mini-Lluvia y mini-Sokar X3 por cierto ¿¿donde estaba Nizo en ese momento??? D:
No no había muerto...yo...yo...yo...solo...solo....;///; necesito tiempo para situarme en mi vida, ya que bueo, se me desmoronó más de lo que esperaba, y ahora estoy recomponiendo los trozos. Pero que sepas que el fic lo he seguido a pesar de no haber comentado, ¿y que puedo decir? Que chulísimo, me encanta, te acercas mucho a las personalidades de los personajes, consigues reflejarlos muy bien, y la trama muy asshdjsdgsj.
En compensación, una amiga (Pensamiento del Alba) y yo hemos preparado algo para ti, ya que somos fans del fic *^*
Bueno, el capitulo de esta semana es algo pequeño pero no se que le pasa a mi word que no quiere funcionar bien :/ espero que para la semana este arreglado.
Para la semana no os perdáis el cap, sobretodo para los fans de Kallu jjujuju XD
Sara, ya te echaba de menos jaja. Tranquila, si has tenido problemas no pasa nada, nosotros seguiremos por aquí, pero es agradable volver a verte nwn. Muchísimas gracias por comentar y ya estoy ansiosa por la sorpresa.
A cambio de este capitula tan corto os prometo que en esta semana traeré una pequeña sorpresa, puede que sea hoy, mañana, o no se cuando pero pronto nwn
Que disfrutéis del fic
Capítulo 38: Cuídame
Lluvia no sabía donde había despertado, la oscuridad de nuevo la estaba envolviendo como si de una manta se tratase. Únicamente una vela en una mesilla iluminaba levemente parte del cuarto donde se encontraba, pero apenas era capaz de distinguir las formas. Se encontraba en una cama, pero no fue difícil de adivinar su estado, ni tampoco el enorme dolor que sentía por todo su pequeño cuerpo. Y su cabeza volvió a doler cuando recordó lo del día anterior, el incendio, mientras estaba perdida y aquel ser que la salvo. No tardó mucho en saber lo que había pasado. Un hombre anciano apareció en la habitación completamente vestido de negro y con una sonrisa le explico la situación. El nieto de aquel hombre había sido quien la había encontrado caminando por las galerías acuíferas en un estado lamentable. Después de cargarla hasta su casa el anciano le curo todo lo que pudo, pero sus heridas eran graves. Las quemaduras irían pasando con el tiempo, pero la de los pies era algo aparte. Tenía la planta completamente quemada y seguramente pasaría mucho hasta que Lluvia volviese a poder caminar con tranquilidad. Fue un milagro que pudiese hacerlo hasta que se encontró con su nieto. Solo le quedaba la opción de tenerse que quedar allí a vivir por un tiempo. Los primeros días Lluvia se sentía algo reacia a confiar en aquel hombre, y al principio ni si quiera veía a aquel supuesto nieto. A veces notaba como una presencia en la puerta que la miraba, pero en cuanto miraba para allí solo veía oscuridad. Paso días y días en la cama de un pequeño cuarto lleno de libros y muebles, sin ventana alguna y solo con la vela que el señor aquel cambiaba cada día. Finalmente Lluvia consiguió suficiente confianza como para contarle lo que le había sucedido. Confeso quien era su padre, lo del incendio y como había escapado a aquel hombre que ni siquiera sabía su nombre, pero aun así la cuidaba cada día. Mientras Lluvia contaba toda su historia, no sabía que detrás de la puerta del cuarto había un niño escuchando en silencio. El señor le dijo que no pasa nada, que mientras estuviese allí estaría segura. Aquella noche Lluvia recibió una visita, de alguien que no había visto en los siete días que había pasado allí, era su salvador. Un niño poco más alto que ella, también vestido de negro y con los ojos tapados con una gasa negra. El chico le llevo la cena, no como hacia su abuelo, y sin saber muy bien por que empezaron a hablar. Se llamaba Sôkar. Así empezó una nueva vida de Lluvia.
Los días pasaban y ahora Sôkar pocas veces se separaba de Lluvia. La joven no podía levantarse aun de la cama, sus quemaduras se lo impedían, solo con intentarlo le producía un enorme dolor. Se pasaban el rato hablando de cualquier tontería, aunque el chico apenas sabía nada sobre el mundo de Lluvia. No sabía que era un colegio ni una vehiculo sin motor a dos ruedas que funciona mediante unos pedales unidos a la rueda trasera, nunca había escuchado una canción en la televisión ni tampoco nadado en una piscina, él nunca se había alejado de aquel sitio. La casa de Sôkar y su abuelo se encontraba en las cavernas más oscuras existentes, donde apenas crecían hongos luminosos, y tampoco había más personas. Fue su abuelo quien lo cuido, y no sabía nada de sus padres, solo que trabajaban lejos y apenas podían ir a verle. También le conto como la encontró, que fue de casualidad escucharla mientras se movía por el agua, y un milagro que no hubiese vivido aquel agua. No es que estuviese sucia ni nada por el estilo, pero tenía una enorme concentración en minerales peligrosos y solo un trago puede hacer que eches el estómago fuera. Así fueron pasando los días y las semanas, Lluvia contándole cosas de un mundo que Sôkar nunca había conocido ni tampoco quería conocer, solo se interesaba por él. Mientras tanto el abuelo de Sôkar cuidaba a ambos sin problema alguno, porque sabía perfectamente en que situación estaban ambos pequeños. Los padres de Sôkar estaban seguramente muertos, habían sido arrestados hacia un año por el ejército, ¿Por qué? Por ser de la organización terrorista 5 elementos. El abuelo de Sôkar también había sido de esa organización, pero al hacerse mayor acabo por retirarse a un sitio tranquilo para sus estudios. Cuando Sôkar nació los padres decidieron que lo mejor es que su abuelo lo cuidase ya que ninguno de los dos quería renunciar a seguir peleando por la organización. Así Sôkar crio con su abuelo y apena veía a sus padres, y ahora que ya casi tenía siete años ni siquiera sabía que lo más seguro es que sus progenitores hubiesen muerto. Algún día se lo diría. Mientras Lluvia estaba igual. Entre las viejas amistades del abuelo de Sôkar que consiguió en 5 elementos, estaba la del Sr. Aquarrica. Un hombre que no llego a luchar por la organización, pero si estaba aliado con ella. Un hombre de negocios y con mucho dinero a través de la sustracción y purificación de agua subterránea, que financiaba las armas de la organización. Si lo que decía la pequeña era verdad, lo más seguro fuese que el ejército lo hubiese descubierto y matado. Lluvia afirmaba tener un hermano que se encontraba en la escuela cuando se produjo el incendio, y una de dos, o los SS lo habían detenido para experimentos o incluso para manipularlo y luchar entre sus filas o directamente lo había ejecutado. Por supuesto a Lluvia no le contaba nada de esto, ya tenía suficiente con lo que estaba pasando, cuando las cosas se calmasen y fuese algo más madura ya se lo contarían. También avisaría a los miembros de 5 elementos de que la hija del Sr. Aquarrica estaba con él, y seguramente se la llevarían para que luchase o sacase sus poderes a la luz. Pero todo eso cuando sus pies se curasen.
Un mes después seguía sin poder andar. Las heridas eran más graves de lo parecieron en un primer momento y no parecían curarse con la velocidad que debían. Ahora Sôkar era quien se encargaba mayormente de ella mientras su abuelo se encerraba en su cuarto a leer o descansar. Sôkar le hacia la comida, la ayudaba a bañarse y la entretenía con lo que podía, una relación que nunca antes había podido tener el pequeño, fue solo cuestión de tiempo que ambos se uniesen. Fue un día como otro cualquiera, Sôkar acababa de salir del cuarto de Lluvia porque ya había quedado dormida, cuando el abuelo se fijó. Aun de la oscuridad en la que permanecía la casa, pudo ver la sombra que proyectaba el chico y se estiraba hasta unirse con la de la chica. Sôkar se había convertido en la sombra de Lluvia.
Los elementales de sombra tenían grandes problemas en la sociedad. Aun de no saber de sus poderes y orígenes por alguna extraña razón la luz les molestaba desde pequeños. Los médicos les llamaban fotosensibles, alergia a la luz, y por eso solían pasar su vida encerrados en sus edificios y sin poder exponerse mucho, esta era una de las razones por las cuales sus individuos se habían reducido considerablemente. Sôkar apenas estaba expuesto a la luz, y únicamente la luz de la vela de la habitación de Lluvia había provocado aquella unión. Ahora Sôkar estaba unido a Lluvia quisiese o no, por lo menos por un par de años. Ahora la opción de que se llevasen a Lluvia a 5 elementos era peligrosa, ya que si no iba Sôkar con ella el chico podría morir. Así que por el momento no dio noticias a la organización.
Paso otro mes sin novedad alguna. Sôkar intentaba ayudar a Lluvia a caminar envolviéndole los pies en vendas y algodones para que no se hiciese daño y sujetándola. Pero seguía siendo inútil. Un paso y caía, el abuelo de Sôkar empezaba a pensar que nunca más podría andar. Pero de nuevo la chica le sorprendido e una manera que nunca había imaginado. Era de mañana y Sôkar había salido a las cuevas a buscar hiervas medicinales y algún que otra seta para comer. Una vez al mes el abuelo iba al pueblo más cercano a comprar comida, pero sin duda prefería la comida fresca de aquellas cuevas. Sôkar no solía tardar más de veinte minutos, y mientras dejaba a Lluvia bañándose y cuando volvía ya la ayudaba a salir y secarse. Pero cuando el chico apenas llevaba diez minutos fuera escucho un grito que procedía del cuarto de baño, y cuando entro apenas pudo articular palabra. Lluvia permanecía sentada en la bañera abrazando sus piernas y con los ojos abiertos como platos, mientras a su alrededor pequeñas bolas de agua flotaban con tranquilidad. El abuelo de Sôkar la llamo pero ella no reacciono, y cuando se acercó, comprobó como en los ojos azules de la joven se había dibujado una extraña marca, una que le era familiar. Cuando toco el hombro de la joven esta se desmayó y las esferas cayeron al suelo destruyéndose como si de cristal se tratase. El abuelo la vistió y la volvió a meter en la cama, no parecía tener nada graves, solo estaba desmayada. Después fue corriendo a su cuarto. Si el cuarto de Lluvia estaba lleno de libros el del abuelo de Sôkar necesitaba otro nombre mucho mayor. La cama no se hundía porque debajo estaba repleta de volumen. Por las paredes se amontonaban haciendo columnas de más de cien libros unos encima de otros. El abuelo empezó a buscar lo que ya sospechaba, y lo encontró, el símbolo de los ojos de Lluvia, el símbolo de una de las tres diosas. Hacía décadas, cuando aún era joven, junto a sus compañeros de la organización encontraron el templo de las tres diosas, pero solo él se obsesiono con él. Empezó su investigación, a pesar de que apenas había libros que las nombrasen, y los que lo hacían pertenecían a una lista negra. Y ahora, después de tantos años, tenía a una de las tres diosas viviendo en su casa. Por fin habían revivido. Desde entonces el abuelo de Sôkar también se interesó por la pequeña. Le explico lo de los elementales, algo que a pequeña entendió sin problema alguno, los niños tenían una mente muy abierta, y empezó a ayudarla a controlar el agua. A la vez, y a espaldas de Sôkar, le enseño a leer antiguo, el idioma de los de la superficie. Un idioma muerto que le había costado treinta años aprender a leerlo, y aun así desconocía muchas palabras. Ayudo a Lluvia a aprendérselo y leerlo, que tampoco le costó mucho, ella tenía un don para aquello. No se lo dijo a Sôkar porque aquello era demasiado importante. Siendo un niño, si le contaba a alguien que Lluvia era una de esas tres diosas se meterían en problemas, así que esperaría a que el chico madurase.
Pasaron cinco meses, y el abuelo cayó enfermo sin razón alguna. Sôkar se encargaba de todo lo de la casa y de ambos enfermos, pues Lluvia seguí sin caminar. Era extraño porque estaba completamente bien menos por eso. El resto de las quemaduras habían pasado, solo quedaba la marca en su cadera de una mano que la había intentado sujetar, pero nada más. Pero los pies seguían casi igual que el primer día que la habían encontrado, y siempre estaban vendados bajo una gruesa capa de vendas. Su abuelo tenía altas fiebres y deliraba, y a los pocos días murió mientras Sôkar dormía. Fue un momento duro para Sôkar. Su abuelo era casi el único pariente que le quedaba, pues hacía más de dos años que no sabía nada de sus padres. Tuvo que cavar él mismo una tumba que lo superaba varias veces en tamaño, mientras cuidaba de Lluvia que no quería molestar. A las dos semanas se dio cuenta de algo, que la comida se agotaba. Sôkar hablaba de esto con Lluvia, y decía que podrían sobrevivir a base de las setas subterráneas, pero Lluvia aunque más pequeña era más realista. Aquellas setas no daban para mucho ni tampoco había muchas, era cuestión de tiempo morir de hambre, tenían que irse de allí y buscar otro lugar seguro donde vivir, pero Sôkar se negaba. Ahora ambos dormían juntos, Sôkar se negaba a abandonarla pues tenía miedo de que pasase igual que a su abuelo y cuando se despertase ella estuviese muerta. Pasaron días discutiendo, Sôkar nunca había salido de aquel lugar y se negaba a hacerlo, y Lluvia seguía con que acabarían muriendo. Y el día llegó, el día en que se les acabo la comida. Solo pudieron comer dos días a base de setas que recogía Sôkar, luego pasó a sopas de raíces y cosas que encontraba, algo que no servía de mucho. Finalmente Lluvia se tuvo que poner seria. Después de la centésima negación de Sôkar de marcharse, ella que permanecía sentada en cama aparto las mantas de unos empujes y coloco los pies colgando al borde y se dispuso a bajar. Sôkar la miro con duda mientras hacía eso, y la chica bajo de la cama. Se mantuvo medianamente erguida sobre su pie vendado mientras mantenía el equilibrio gracias a que se apoyaba en la mesilla de noche. Dio un paso adelante y este se le torció, pero aun así no cayó al suelo. Sôkar hizo intención de detenerla pero ella no se lo permitió “Si no te quieres ir vale, pero no pienso dejar que este lugar sea mi tumba” pronuncio seria, algo impropio para una niña de su edad. Volvió a dar otro paso y también fallo, pero aun así quería continuar. Todo aquel tiempo en cama le había pasado factura y ahora sus piernas no eran más que meros huesos con un musculo casi inutilizado. Sôkar observo como avanzaba mientras se apoyaba en la pared, lenta y patosa, pero seguía adelante aun del dolor y lo que le estaba costando. Entonces él se puso delante de ella y extendió la mano “Déjame que te ayude” dijo con una sonrisa, y la chica correspondió sujetando las manos del joven. Volvió a caminar, igual de lento pero más decidida. Ya había conseguido alejarse más de la cama que otras ocasiones, pero igualmente no llegaría lejos. Cuando llegaron a las escaleras de la casa, él la cargo de nuevo sobre su espalda como hacía meses y la bajo. Ahora pesaba menos, pero aun así era una buena carga. Sin dejarla en el suelo ni una sola vez abrió la puerta de la casa y salió fuera, donde la oscuridad era absoluta. Ya se habían decidido, se irían de aquel lugar. A un lado de la casa Sôkar vio a pesar de la oscuridad el pequeño montón de piedras que marcaba el lugar donde reposaba su abuelo en paz. Volvió a caminar. No se llevaron nada, porque no necesitaban nada, solo el uno al otro. Se pasaron días caminando por oscuros túneles y alimentándose de lo que podían. Con el agua no había problema alguno, solo que Lluvia necesitaba fuerzas para crearla, y poco a poco le estaban fallando. Pero cada vez que caminaban por la oscuridad absoluta y solo se oían sus respiraciones, Lluvia recordaba el día que había estado perdida y asustada, y los malos recuerdos la envolvían, pero entonces abrazaba un poco más fuerte el cuello del chico y recordaba que no estaba sola.
En menos de una semana se encontraron con un pequeño grupo de personas. Si eran soldados estarían perdidos, pues la sombra de ambos chicos que permanecía unida los delataría. Pero solo veían una luz por el túnel oscuro que los cegaba, y cuando ese grupo se puso a su altura, Dino levanto a Lluvia para que Sôkar descansase. Dino, Leo y Rube habían salido a una pequeña misión cuando se los habían encontrado, y le explicaron quiénes eran. A Sôkar no era difícil reconocerlo con sus ojos tapados, típico de la familia Was. Y Lluvia era igual a su padre, y la había dado por muerta en aquel incendio que ni los cimientos de la casa habían dejado. Así fue como ambos llegaron a 5 elementos, su nuevo hogar. Fue allí donde Lluvia se encontró de nuevo con su hermano Nizo, quien había salvado Dino por los pelos. Al parecer se habían enterado de que habían descubierto al Sr. Aquarrica y lo que planeaban contra él, pero les fue imposible comunicárselo. Dino fue al pueblo de Lluvia pero era tarde. Pensando que el padre de Lluvia podría manejárselas solo, fue al colegio a rescatar a sus dos hijos antes de que llegase la policía, pero solo encontró a uno. Nizo le dijo que su hermana había quedado en casa porque se encontraba mal, y cuando Dino pudo dejar al pequeño en un lugar seguro e ir en ayuda de su compañero y su hija, la casa ya ardía y se estaba derrumbada. Aquello era parte de su trabajo, ver como acababa de perder a su compañero sin poder hacer nada. Se llevó a Nizo a 5 elementos pues no tenía más familiares. Ya eran tres niños en la organización, una nueva generación decía Lambda. Y Sôkar y Lluvia estaban más unidos, sabiendo que uno se había salvado al otro. Sôkar encontrando a Lluvia cuando estaba perdida, y Lluvia impidiéndole que se suicidara quedándose en la casa de su abuelo. Apartar de ahí uno cuidaría del otro.
Hola, soy nueva aqui, hace un Dia que empezé a leer tú fan fic y quiero decirte que me a encantado, sobre Todo lluvia (asdfasdf me encanta!!) sigue asi y gana la gerra de la ortografía, k hay bastantes
Espero ansiosamente el siguiente
Muchas gracias
Pd: cada capítulo k leo, me Lo imagino Como si fuera una película jajajajaja me encanta. Es Como mientras Lo leo se reproduciria una película en Mi mente. Kajixlluvia al poder!!
Por fin se que fue lo que hiso lluvia por sokar, ya que por lo que hiba del fic solo pude intuir(y lo hise bien) que fue lo que sokar hiso por ella, buen cap pero como tu dijiste algo corto.
Pd: Me has dejado con la intriga de que pasara al decir que habra un momento Kallu, ahora mas que nunca quiero continuacion, gracias por el capitulo.
Muchisimas gracias a todos por los ánimos, no os imagináis cuanto me alegra que os guste Sigo con la pelea de las faltas pero me es una dura contrincante jaja. Y por lo que veo todos quieren un Kallu XD, al final acabare haciendo un +18 jaja
Bueno en el capitulo anterior prometí una pequeña sorpresa, y lo prometido es deuda. Ahora en la zona de Fan-art de 5 elementos he creado un nuevo Tema con dibujos nuevos mios, algunos basados en capítulos de 5 elementos. Intentare subir por lo menos uno por semana, pero puede que tarde ya que ahora me los excanea una amiga de claso
Me han gustado mucho tus dibujos,espero que subas más.Una pregunta,en el capitulo 1 cuando Kaji choca con alguien por la calle y este le dice 'cuidado idiota',¿esa es Luvia? lo digo por lo de 'melena azulada'.
PD:Si quieres hacer un kallu para +18,hazlo,creo que todos te apoyamos.