Lo que hace humana a la historia que cuentas son, precisamente, los seres humanos, los sentimientos que sus personalidades son capaces de transmitir.

Así, las comedias están repletas de personajes que no se toman nada en serio y siempre tienen ganas de pasárselo bien, los dramas presentan a personajes emotivos y torturados por su pasado y los romances a gente que se toma muy a pecho el tema del amor.

Lo más importante de definir la personalidad de un personaje es ser coherente durante toda la obra. ¡A no ser que lo saques de la historia y lo devuelvas diez años después en dos páginas no se transforma en otra persona!

Esto lo digo porque es usual orientar aleatoriamente el carácter de un personaje de acuerdo con los hechos que sucedan. Un ejemplo rápido y sencillo es el de Lois Griffin, figura maternal en la serie Padre de Familia.

En principio, Lois es una mujer decidida, liberal protestante y con un estupendo y matriarcal sentido de la responsabilidad que muchos ya quisieran.

No obstante, su psicología es moldeable para que las bromas derivadas de su comportamiento puedan, en ocasiones, constituir el esqueleto de un capítulo de la serie.
En un episodio la vemos presentarse a las elecciones del consejo estudiantil a fin de mejorar las condiciones educativas del alumnado y en otro vemos cómo recurre a las pastillas adelgazantes y a las drogas para conseguir el cuerpo raquítico de una super modelo. Después llega a la presidencia de su ciudad para descontaminar las tóxicas aguas del lago por el peligro que pueden acarrear y al final acaba vendiéndose por un abrigo de piel.

Es comprensible que en una serie tan humorísticamente absurda como Padre de Familia este hecho no importe en absoluto, pero en un realismo narrativo, el personaje arrogante y creído tiende a ser siempre arrogante y creído, el tímido y vergonzoso será tímido y vergonzoso, la valiente luchadora será valiente y luchadora....

Esto no quiere decir que el personaje esté anclado a un perfil psicológico inamovible; puede cambiar de muchas formas.

De hecho, observar el progresivo cambio de actitud de un personaje es muy bonito, en especial si se corrompe y pasa de "bueno" a "malo" o si va abriendo los ojos y pasa de "malo" a "bueno", y el concepto de “maduración personal” es maravilloso en historias largas y realistas donde el/la protagonista viva un sinfín de aventuras y conoce a mucha gente, que va modificando su carácter.

Por ello, me he aventurado a definir los arquetipos psicológicos más comunes en los personajes literarios. Éstos son genéricos, por supuesto, y sirven únicamente para establecer los cimientos de un verdadero personaje complejo, como punto de partida o como forma de sacarse de la manga un secundario poco importante.

 

PERFIL HUMORÍSTICO

¡Con el que te ríes siempre!
Este tipo de personajes están diseñados para ser protagonistas de comedias o para encajar en cualquier otra historia como "graciosillo", dándole un toque de humor.

Está el eterno comediante, alguien a quien todo le importa un rábano, con una filosofía de vida alegre y hedonista, que lo mismo le hace una bromilla jocosa al secuestrador que le apunta con una pistola en la sien que le cuenta un chiste de Lepe al cura que oficia el entierro de su madre.

Incapaz de tomarse nada en serio, siempre está ahí haciendo locuras y diciendo tonterías y aunque sus amigos son conscientes de su personalidad, siguen sorprendiéndose de sus tropelías.

Si que es cierto que su locura puede ocasionar varias carcajadas, sin embargo estos personajes son susceptibles de ser aborrecidos hasta morir cuando el lector se habitúa al descaro y busca algo de historia personal y dramatismo.

Amén de que es difícil (o como mínimo, poco creíble) meterlos en una trama seria.

Lo normal es que tengan una función muy importante, porque de lo contrario no estarían en el grupo o no les prestaríamos atención. En pequeñas dosis el personaje puede caer bien (como el amigo que frivoliza con todo) y hasta dotar de carisma a un papel serio (el villano-payaso que no para de reírse, o el jefe taciturno que luego resulta ser un cachondo irresponsable)

También está el ingenioso todoterreno cuya existencia en la vida real sólo podría ser posible si contara con un equipo de guionistas que le soplara los chistes por el pinganillo.

"Ingenioso" porque para crear este tipo de personajes es necesario que su autor tenga un ingenio humorístico afiladísimo.

"Todoterreno" porque en cualquier situación disparatada se le puede ocurrir una frase sagaz o un chiste agudo que, a pesar de que dentro de la obra nadie se lo ría, el espectador sí lo hará (aunque depende del humor del espectador, claro)

En ese sentido, el de permanecer chistoso siempre, se parece a la primera clasificación, sólo que los ingeniosos no basan su humor en burradas, groserías o juegos de palabras, el de ellos es más elaborado.

El mejor ejemplo para entender este arquetipo es Guybrush Threepwood (Monkey Island) Resumiendo para aquellos que no lo conozcan, Guybrush es un joven novato e inocente con un sueño en la vida: ser un gran pirata.

No es una aspiración seria como en One Piece, sino que se parece más a un encaprichamiento infantil.

Guybrush, aún siendo disparado por un cañón, encarcelado injustamente, chamuscado, golpeado por fantasmas, derrotado en un duelo de espadas o enterrado vivo, mantiene fresco el humor inteligente y tiene unas líneas ingeniosas que decir.

Evidentemente, detrás de Guybrush se esconden un ejército de astutos guionistas, pero el producto final es el de uno de los grandes personaje humorísticos de la historia de videojuego (al menos, yo lo creo así)

Y últimamente ha ganado mucha fama el sector de reyes del sarcasmo, especialmente con la aparición de House y derivados.

Son como una mezcla de los anteriores; personas frívolas que no se preocupan por nada y que utilizan como recurso humorístico principal el humor negro (el que necesita que alguien sea ofendido) y la ironía ácida (que no entiende de tabúes), y para que no sean desagradables, una habilidad atractiva y útil.

(Si Gregory House fuera un mendigo sin techo en lugar de un excelentísimo médico salvador de vidas, ya le habrían tiroteado hace tiempo por pasarse de listo)

Además de un personaje exclusivamente diseñado para la comedia, es evidente que puedes “equipar” con cualidades humorísticas a cualquiera.

 

PERFIL "SEDUCCIÓN"

Aquellos capaces de encandilar a quien quieran, capaces de traspasar las barreras de la ficción y enamorar hasta al autor y al lector.

En realidad, lo de la seducción es más un complemente que una identidad propia, y la tarea de perseguir a mozos y mozas se reserva para anecdotillas aisladas o secundarios rompecorazones que hacen del ligoteo un estilo de vida. A excepción de cuando la historia trata específicamente de maestros de la seducción o mujeriegos empedernidos. (O “mujeriegos” de hombres, que el castellano todavía no ha dado a luz a un término para eso)

Así que podemos ver esa virtud accesoria de ser un guaperillas encantador en personajes como James Bond, Lara Croft o Indiana Jones, tres aventureros con una vida emocionante que, a excepción de Bond que siempre se queda con la chica, no se preocupan en atraer físicamente al espectador, pero lo consiguen (también hay que tener en cuenta el “sector de edad”, que no es lo mismo El Duque de Sin Tetas… que George Clooney con sus ¿interesantes? canas).

Claro que es más fácil dibujar a alguien manifiestamente feo y repugnante que a alguien apuesto. Aún así puedes ayudarte de todos los recursos que has observado, corazones en el aire, dientes que brillan con estrellitas, un buen juego de luces y sombras…

¡En el cine eso funciona muy bien!

Llega un punto en que la sala de proyecciones está llena de gente que sólo quiere ver a Angelina Jolie, independientemente de si hace de madre a la que le han robado el hijo o de asesina a sueldo.

 

PERFIL "FUERZA BRUTA"

Ellos saben que un brazo grande, duro y redondo como un tronco de secuoya es muy eficaz en según que ocasiones, y que a veces los problemas se resuelven con un hachazo en la cabeza o una patada en la boca.

Hay muchos referentes para este arquetipo, basta con prestar atención a un manga sangriento y tarde o temprano saldrá un asesino cuerpo a cuerpo manchado de sangre, enorme y temible, como un león humano. No tiene una psicología excesivamente compleja y su destino es exclusivamente guerrero.

Piensa en las películas de Van Damme o Bruce Lee, uno no busca complejidad argumental, busca ostias a granel y patadas voladoras.

Déjate llevar por la típica relación inversamente proporcional de inteligencia - fuerza, de los fuertes tontos y los listos enclenques, o de los extraños listos fuertes y enclenques tontos. A veces la fuerza sobrehumana puede tener connotaciones interesantes, como la venganza de Kratos en el God of War, la herencia divina de Hércules, la Gema de Cyttorak de Juggernaut de X-men o modificaciones genéticas…

Si quieres añadir sangre a tu historia, es necesario coger a uno de estos, darle un motivo, y lanzarlo a la lucha.

A veces hasta puedes saltarte lo del motivo…

 

PERFIL "GENIOS"

De acuerdo, tienes pensado un genio.
¿Un genio de qué?

Ahora mismo basta con definir los tres campos de “sabiduría” que existen:
- Genialidad Física (o de Combate)
- Genialidad Intelectual
- Genialidad Artística.


Básicamente, un genio es alguien con un talento enorme en alguno de esos tres campos.

La Genialidad Física o de Combate abarca las tareas en las que se requiere un esfuerzo corporal desmedido, como puede ser el deporte (Hajime no Ippo, Captain Tsubasa) o la batalla (Cualquier manga de pelea que incluya entrenamientos sobrehumanos), incluso me atrevo a incluir en este apartado los poderes mágicos y fuerzas no-materiales que también se pueden ejercitar, bien sea el Ki de un Kamehame-ha o el fuego elemental de Kaji. Esta genialidad consiste, básicamente, en ser protagonista shonen (lo que te dota de un poder enorme porque sí), entrenar con un sensei, y pelear contra los sucesivos villanos. Por supuesto, también hay que gritar mucho cuando liberes tu poder y si es posible, recordar los amigos muertos como forma de auto-motivación.

La Genialidad Intelectual consiste en ser condenadamente listo y emplear esa capacidad en lo que sea. En mangas y animes detectivescos (Detective Conan, por ejemplo) vemos cómo hay un personaje que sobresale por sus deducciones, hipótesis y observaciones, y que utiliza esa capacidad para resolver el caso que tiene entre manos.
Sin embargo, la genialidad intelectual se extiende a muchos ámbitos, como las ciencias (un neurocientífico investigador del cerebro, un astrofísico que observa el universo) o lo que se te ocurra.

Los Genios Intelectuales más comunes (y con “comunes” quiero decir “trillados y con los que es difícil impresionar”) son los superinformáticos y los superladrones.

Hacer un genio informático es fácil, sólo hace falta dibujarlo frente a un ordenador mientras teclea a toda prisa. Te contacta con la Nasa en medio minuto y si ofrecen ciber-resistencia sonríen maliciosamente y dicen "Por fin un reto a mi altura" sin parar de teclear, mientras aparecen lucecitas y suenan “beep’s”

Además, su talento se eleva a la enésima potencia si
a) Son niños
b) Tienen gafas raras
c) Tienen el pelo raro
d) Son unos marginadillos sociales

Con superladrones, un poco de lo mismo, son capaces de infiltrarse en cualquier sitio (cosa que precisa además de genialidad física) y robar lo que les plazca sin inmutarse.
Viven en mansiones inmensas con una fachada dorada (como sin anunciaran su estatus de ladrón) y suelen ser maduritos excéntricos y atractivos.

Seguro que te has encontrado alguna vez con un genio informático, no sólo en anime (Battle Programme Shirase, Cowboy Bebop) y con un genio ladrón (Ocean’s Eleven, Twelve, Thirteen…)

La Genialidad Artística es propia de las historias donde la historia gira en torno a un talento artístico, ya sea la música, el dibujo o cualquier otra.

Los genios del arte son normalmente jóvenes que empiezan en el mundo muy temprano y, recibiendo influencias de todos lados, esforzándose e intentándolo insistentemente, consiguen llegar lejos, ser famosos y vivir de lo que hacen.

Bakuman sería un buen ejemplo de esto si no fuera porque tiene un "inicio fuerte" en el que los dos protagonistas ya saben bastante del asunto y su punto de arranque está algo alejado de la realidad.

Me resulta más fácil ejemplificar esto con el manga Beck, que cuenta la historia de cómo un adolescente normal y corriente llega a tocar en un concierto con cientos de fans vitoreando sus canciones.

¿Cómo pasa de ser un don nadie a ser un guitarrista profesional? La serie íntegra (al menos, la serie anime) comprende ese proceso de aprendizaje, desde los primeros días en los que le duelen los dedos de pisar las cuerdas, hasta componer sus propias canciones, pasando por su primer concierto en un local cutre, los múltiplos ensayos con la banda...

La otra forma de conseguir el éxito artístico es siendo millonarios, pero así se pierde la emoción.

Para crear un genio del arte, lo mejor es que el autor tenga un buen conocimiento del tema, aunque lo de “saber antes de dibujar y narrar” es un lema que se aplica a todo.
¡A todo!

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Una vez expuestos los arquetipos básicos de personajes, puedes modificarlos a tu gusto, combinarlos con cuidado, o dar vida a alguien que no sea nada de lo anterior, que seguramente será más interesante.

Combinarlos con cuidado está en negrita por que un genio superfuerte, graciosillo, seductor y artista no es un superpersonaje, es un Frankestein que no tiene por donde cogerlo.

Por último, añadir que el "Síndrome de Gepetto" no existe.
A muchos artistas les encanta decir (en serio, les encanta) que sus personajes están tan elaborados y son tan reales  que se mueven solos por la historia y actúan por su propia cuenta, con total autonomía e independencia de su creador.

Vale, por definición médica, que tus alucinaciones cobren vida significa que tienes una patología mental severa y necesitas medicación psicoactiva.

Por mucho que conozcas a un personaje, por muy agradable que sea esa sensación de haberlo creado sensible e identificarte con sus penurias (que tú mismos has escrito, recuerda), no saltará nunca del papel.

Y si salta… preocúpate.