Taller que recoge lecciones escritas por Jesulink, autor de Raruto y 5 Elementos, en colaboración con otros dibujantes de la comunidad Jesulink.com.
Papá y mamá... esos dos personajes que anteceden al presente narrativo y que muchas veces resultan ser los villanos (recurso que desde Star Wars ya no ha vuelto a ser el mismo).
Suelen ser un lastre, así que lo más fácil es crear aventureros huérfanos (cuyos fallecidos padres a menudo suscitan fuertes sentimientos de venganza), con una familia desestructurada y traumática o simplemente, con unos padres que no tienen cabida en la trama o no aportan gran cosa.
De las tres opciones, yo soy más partidario de la última, sobre todo por que lo de tener padres negativamente anormales, o no tener padres directamente, cierra las puertas a que se te ocurra algo con ellos. Tener padres no implica que forzosamente tengan interés, y en toda serie larga, tarde o temprano aparece un capítulo dedicado a los padres (Los Simpson, House...)
Párate a pensar un momento en los padres de tus personajes más importantes, de los principales protagonistas. Si ves que puede resultar interesante o divertido para la trama que aparezcan brevemente y que hagan esto o aquello, adelante, no te cortes, mostrar ese aspecto ayudará a cincelar un poco más el carácter realista del aventurero.
Puedes hasta jugar con los rasgos físicos hereditarios (unos ojos verdes, un hoyuelo en la barbilla...) o manías concretas (usar las mismas frases o coletillas, un tic como arrugar la nariz o morderse las uñas...)
Si decides llegar más lejos y pensar que ese pariente puede jugar un papel muy importante o decisivo en el argumento, a lo Fullmetal Alchemist o Naruto, remodela el desarrollo de acontecimientos a tu antojo.
Pero si por el contrario no crees que el padre o madre sea relevante, basta con no mencionarlos (¿Quién es el padre de Jiraiya? ¿Qué más da?) o con una fugaz mención dentro de situaciones del tipo:
Otras implicaciones directas de los padres son el traspaso de la posición social (la esclavitud, o el trono de rey a príncipe), el oficio (A un padre medieval fanático de la carpintería le gustaría que su vástago trabajara en lo mismo, aunque luego el chiquillo haga lo que le plazca), reputaciones (¡Dios Santo, tú eres el hijo del legendario pirata...!), herencias materiales en general (desde riquezas absurdamente abundantes hasta una sola espada de poder grandioso) y finalmente, los apellidos.
Normalmente basta con que el personaje tenga un nombre único que lo defina (Yamcha, Alucard...), sin embargo, en caso de querer apellidarles, hay un aspecto curioso en la relación padres-apellidos, y es el lugar de procedencia de los progenitores.
En realidad estos son sólo matices algo evidentes, pero considerando a un individuo de dos apellidos si la madre es extranjera tendrá un segundo apellido poco común, y si el padre es forastero, será un primer apellido raro.
Así, Rodrigo Montalvo Letellier tiene una madre francesa, y Teresa Kellsing González un padre norteamericano.
A excepción, claro está, del personaje que decida auto-apellidarse como quiera.